Trece años después, el ATP 250 de Buenos Aires volvería a tener un campeón local, solo hacía falta saber quién. El elegido no podía ser otro que Diego Schwartzman, el mejor tenista sudamericano del momento. El actual Nº9 mundial derrotó por la vía rápida a su compatriota Francisco Cerundolo (6-1, 6-2) para levantar el cuarto trofeo individual de su carrera, el primero en casa. Una dulce victoria para recordar a todos que sigue siendo uno de los referentes sobre tierra batida.