Noticias El Periódico Tarija

Caminando por la ciudad descubrimos que tiene caras diferentes, que nos sorprenden, que nos angustian, que nos oprimen, que nos deleitan, que nos entristecen. Se nos abre una ciudad distinta, extraña por momentos.

Artistas silenciosos, aprovechan las paredes o muros para plasmar lo suyo, para dejar su sello, para intentar eternizarse o simplemente para trasmitir su sentir y su pensar. Navegan entre colores y dibujos que describen tradiciones y costumbres. Usan la cruz de la fe para sortear el disgusto de quien no entiende su arte y plasman pedazos de lo que nuestro suelo esconde.

Han sido capaces de regalarnos una faceta maravillosa de esta Tarija que amamos, nos han mostrado que es posible aprender mirando sus muros, que es posible intentar interpretar mensajes ocultos, casi en código. Nos desafían a entender otra manera de ver la vida y el mundo. Es posible dejar atrás la paredes de los garabatos, de la propaganda política de años y años, de los “Te Amo” sin ton ni son, de algún enamorado del pasado. Es posible voltear la mirada dejando atrás esos muros descoloridos por el tiempo y la lluvia o aquellos que se resquebrajan y caen de a pedacitos. Nos están enseñando que podemos construir formas distintas de concebir el lugar donde vivimos y de mirarnos de otra manera.