Fuente: El Deber
Siete fallecidos, al menos 6 de ellos con síntomas de Covid-19, han alertado a las autoridades penitenciarias de San Pedro para implementar un plan urgente de atención a los reclusos. El viceministro de Seguridad Ciudadana, Wilson Santamaría, observó la situación de abandono que vive el penal y la urgencia en las medidas que se deben implementar.
«Estamos ajustando nuestro propio presupuesto para incorporar personal profesional médico y psicológico, entendiendo que el sistema (de salud) público se encuentra saturado y ante eso estamos habilitando áreas de aislamiento (dentro de las cárceles), así se controló la pandemia en Palmalosa de Santa Cruz, en Mocoví de Trinidad y así también esperamos controlar en San Pedro de La Paz», señaló la autoridad a la Agencia Boliviana de Información, ABI.
El director nacional de Régimen Penitenciario, Clemente Silva, contabilizó “91 privados de libertad que son positivos, 99 sospechosos y 59 que se recuperaron. El Covid-19 ingresó a los recintos penitenciarios de seis departamentos, los departamentos a los que no ingresó todavía son Pando, Potosí y Tarija».
La situación en el penal de San Pedro es la más preocupante por el alto índice de hacinamiento que se vive. «Esta es una cárcel que está ocupada al 378% más de su capacidad, heredamos un sistema mal manejado, desastroso, abandonado y postergado «, apuntó Santamaría.
Donación de insumos de bioseguridad
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) entregó insumos de bioseguridad e higiene a la Dirección General de Régimen Penitenciario, para fortalecer el sistema penitenciario de todo país, ante la pandemia del Covid-19.
El lote de insumos entregados incluye jabón líquido, lavandina, alcohol en gel, desinfectantes y otros equipos de bioseguridad. Durante el acto de entrega, el representante de la UNODC en Bolivia, Thierry Rostan, manifestó que, debido al hacinamiento crítico y las precarias condiciones de habitabilidad en las cárceles, las tareas de prevención y atención del Covid-19 se convierten en un desafío permanente.
Wilson Santamaría agradeció el apoyo internacional a nombre de los privados de libertad y recordó que producto de la pandemia no se reciben visitas en los centros penitenciarios, pero sí todavía ingresan los encargos o encomiendas de los familiares.
El sistema carcelario boliviano arrastra numerosos problemas fruto del retardo judicial y la superpoblación de los recintos penitenciarios.
Rostan informó que hasta abril de 2020, en Bolivia existían 18.260 personas privadas de libertad, de las cuales 17.056 eran hombres y 1.204 mujeres; 6.474 con sentencia y 11.786 con detención preventiva.