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JULIO ALVAREZ MERCADO

Esta magnífica obra, emblema de la ciudad de Tarija, paseo obligado de tarijeños y visitantes; tuvo su origen en la suscripción del convenio boliviano – argentino de vinculación caminera, suscrito en Buenos Aires el 6 de febrero de 1942, ratificado en Tarija el 20 de septiembre del mismo año, ocasión en la que se acordó la construcción de carreteras destinadas a vincular las ciudades de Tarija y Potosí con la red argentina de caminos.
El convenio fue consolidado por el Gobierno boliviano con la promulgación un Decreto Supremo sin número suscrito en fecha 18 de febrero de 1944 por el Presidente Gualberto Villarroel López, nacido en Villa Rivero, Departamento de Cochabamba en el año 1908; quien fue el trigésimo noveno Presidente de Bolivia y que ejerció el mandato presidencial en el periodo comprendido entre el 20 de diciembre de 1943 al 21 de junio de 1946, fecha en la que fue derrocado en medio de una revuelta popular, siendo asesinado y su cadáver colgado en un faro de la plaza Murillo de la ciudad de La Paz, frente al Palacio de Gobierno.

La mencionada norma legal, facultaba a la Dirección Nacional de Vialidad de la República Argentina y a la Dirección General de Vialidad de Bolivia, constituida en Comisión Mixta, realizar de manera conjunta los estudios necesarios para establecer el trazado de la carretera de referencia en cumplimiento del Convenio de 6 de febrero de 1942, ratificado en la ciudad de Tarija, para la vinculación del camino Potosí-Tarija con la red de carreteras argentinas por Padcaya, cruce del río Bermejo y Orán.

Parte de este proyecto vial, comprometía la construcción de un tramo en la ciudad de Tarija denominado “Paso por Tarija” para formar parte de la posteriormente denominada ruta Panamericana desde “El Tejar”, donde estaba ubicada la original escuela de Agronomía, actual rotonda Moto Méndez y ciudadela de la universidad pública, hasta la “salida al norte”, en la intersección de la avenida y la calle Cochabamba (rotonda Unión Europea/escuela Fe y Alegría).

La construcción del camino debía continuar el camino hacia Tomatitas hasta el Departamento de Potosí. La construcción de la este tramo urbano posteriormente denominado “Avenida Costanera” afectó a los “tapiales” de las calles transversales que se prolongaban hasta las orillas del río Guadalquivir. La construcción de la “avenida” demandó cinco años y fue abierta al servicio público en enero del año 1950. La obra fue ejecutada por la empresa Giovanni de Col con personal técnico alemán y argentino y obreros locales y llegados del país vecino. A más de medio siglo su construcción no deja dudas de su concepción y diseño futurista y la calidad del trabajo realizado a diferencia de las obras que se ejecutan en la actualidad que se deterioran a escaso tiempo de su entrega pese a la tecnología y materiales existentes.

A la fecha se cumplieron setenta y siete años de la suscripción del Convenio argentino boliviano y sesenta y nueve años de la conclusión y uso de este tramo urbano. El proyecto, además implicaba la construcción de un muro en la margen izquierda del río Guadalquivir para proteger la ciudad de riadas o “llegadas” del río.

Adicionalmente se gestionó la construcción de un puente para alcanzar la orilla derecha del Guadalquivir para llegar a la “banda”, donde estaban ubicados los campos de cultivos y los conocidos “callejones”, de la original y antigua villa Buch.

El muro construido desde la actual intersección de la Avenida y calle del ejército hasta el puente Libertador San Martin de manera continua en base a piedra tratada y mortero de cal, cemento y arena, también perdura hasta nuestros días con una solidez notable y trascendente. El crecimiento de la urbe obligó a alterar su continuidad para habilitar espacios públicos como los campos del complejo deportivo García Agreda y la habilitación del Puente Bicentenario.

A la fecha está prevista su destrucción parcial para la habilitación del puente 4 de julio que impulsa la actual administración municipal, obra cuestionada por la comunidad en general por su ubicación, utilidad y alto costo.

Desde su original concepción por la Comisión Mixta argentino – boliviana el “Paso por Tarija” formaba parte del camino Orán – Bermejo – Padcaya – Tarija – Potosí y con el trascurso del tiempo hubo una sucesión de cambios de nombre, como Ruta Panamericana, Avenida Costanera, Avenida Las Américas, hasta la actual Avenida Víctor Paz Estenssoro, en memoria al ex mandatario nacido en la ciudad de Tarija y que fue Presidente por tres ocasiones. Para perpetuar la memoria de esta magnífica obra el Club de Leones de Tarija erigió un bloque de piedra que registra en números romanos MCMLV (1955) el año de la construcción de la avenida con sus tres amplias vías, aceras peatonales de piedra laja y muro protector.

La ejecución de esta magnífica obra estuvo a cargo de la empresa Giovanni de Col por encargo de la Comisión Mixta Argentino-Boliviana. Giovanni De Col, constructor italiano arribó a Bolivia en 1924 contratado para desarrollar proyectos de empresas de propiedad de los “Barones del Estaño” Mauricio Hoschild, Simón Patiño y Avelino Aramayo en el área de la minería.