TOKIO, 1 NOV
Inglaterra y Sudáfrica disputan este sábado la final de la novena edición de la Copa Mundial de Rugby, un torneo que vuelve a enfrentar a dos equipos que se conocen de sobra y que protagonizan por segunda vez el duelo final de este torneo.
Históricamente, los Springboks llevan ventaja sobre Inglaterra en cuanto al número de copas mundiales logradas. Sudáfrica conquistó los títulos de 1995 y 2007, e Inglaterra, el país en el que se inventó este deporte, sólo el de 2003.
Fue precisamente en 2007 cuando los Springboks le arrebataron la copa a los ingleses en la final de ese año, en un partido que terminó con el marcador en 15-6.
Inglaterra llega a la final después de haber derrotado en la semifinal a Nueva Zelanda, el triple campeón mundial y favorito de este torneo, lo que ha generado un sentimiento de gozo en el equipo inglés que arrastrará hasta la final.
Para el entrenador de los Springboks, Rassie Erasmus, la victoria de Sudáfrica en este encuentro va más allá que una mera rivalidad deportiva en la cancha.
Erasmus, que aseguró que la final de este sábado será su último partido entrenando a los Springboks, admitió que Inglaterra «no tiene muchas debilidades» en su juego.
La buena experiencia que tuvo Inglaterra en su partido de semifinal contra Nueva Zelanda ha hecho que repita su XV inicial. Ben Youngs será el 9 y seguirá como apertura George Ford. El talonador será Jamie George y el fullback Ellio Daly.
Sudáfrica sólo ha hecho un cambio, la reincorporación después de una lesión del wing derecho Cheslin Kolbe. El medio scrum será Faf de Klerk y el apertura Handré Pollard. Mbongeni Mbonambi será el talonador y el fullback Willie Le Roux.
El partido se disputará en Yokohama, al sur de Tokio, uno de los principales estadios de Japón y con capacidad para unos 72.000 espectadores, que se espera esté repleto de aficionados.
Teniendo en cuenta la trayectoria de ambos equipos en este mundial, el resultado es incierto, aunque los Springboks tienen varios puntos a su favor.
Entre ellos el hecho de que en los cuatro encuentros anteriores que ha enfrentado a ambos equipos en la historia de este mundial, los Springboks han ganado tres y los ingleses uno.
Y algo más: Sudáfrica sólo ha jugado anteriormente dos finales del mundial, y las dos las ha ganado.