Noticias El Periódico Tarija

SHIRLEY ESCALANTE/BOLINFO/TARIJA
(elPeriódico, julio 18/2019) Don Víctor, un señor de la tercera edad, delgado de media estatura, siempre bien arreglado, de profesión abogado y con facilidad de palabra, camina gustosamente todos los días por los jardines del asilo de ancianos Teresa de Jornet, él se ha resignado a pasar el resto de sus días en ese asilo.
Como todas las mañanas se despierta muy temprano para peinar a su esposa que sufrió un accidente y quedó con un tipo de retraso que afectó parte de la movilidad de su cuerpo.
Antes que salga el sol, don Víctor ya está despierto, y con el buen humor que lo caracteriza agradece a Dios por un día más de vida y por la dicha tener a su esposa aún con vida.
Mientras él le lee a su amada el periódico, ella lo escucha atentamente mientras siente los suaves masajes en su cabeza.
La historia de don Víctor es digna de relatar y parece un cuento de hadas, donde el amor y fidelidad a tu ser amado predomina por encima de cualquier circunstancia.
“Mi esposa sufrió un accidente y mis hijos querían llevarla a un asilo, claro que yo no lo permitiría porque le juré a Dios que estaría a su lado en las buenas y malas, en la salud y en la enfermedad, no me apartaré de ella hasta la muerte; estoy cumpliendo porque a pesar de los años yo con mis actos de demuestro el amor que le tengo”, cuenta don Víctor.
Así como esta, hay varias historias dentro del asilo de ancianos Teresa de Jornet, pero no todas tienen desenlaces con finales felices.
En su mayoría, los adultos mayores que se encuentran en este lugar fueron dejados por sus hijos, quienes al realizar diferentes actividades laborales y de otra índole, y al no contar con el tiempo necesario para el cuidado de sus padres optan por internar a sus padres en un asilo.
“Tengo cinco hijos, a todos los saque profesionales tienen sus familias, uno de ellos vive en Argentina, pero los demás viven aquí y solamente me visitan para el Día del Padre”, dijo un adulto mayor.
El asilo que no es gratis
El asilo de ancianos Teresa de Jornet de Tarija, es un establecimiento que alberga a más de 120 adultos mayores de ambos sexos, sin embargo, cada uno de los que viven en este lugar debe pagar un monto económico, recursos que van de manera directa a ayudar al mantenimiento de este lugar.
La presidenta del Consejo del Adulto mayor de Tarija, Graciela Yapur, aseguró que las personas adultas mayores son las que subvencionan su estadía en el asilo, donde son atendidas y reciben cuidados y alimentación.
“Los adultos mayores realizan el cobro de sus bonos dignidad y la mitad de esa cantidad económica les entregan a las hermanas del asilo para que ellas lo inviertan en su alimentación y el mantenimiento de la infraestructura», dijo Yapur.
Por otro lado, se le consultó si reciben denuncias de algunos familiares o adultos mayores que son víctimas de violencia física y psicológica al interior del asilo a lo que respondió que, efectivamente escuchamos a varios de ellos quienes afirman que no recibe un trato cordial.
Sedeges
Desde el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges), informaron que ayudan de manera económica a este asilo, que es único en el departamento de Tarija, pero por otro lado también disponen de recursos humanos para que atiendan a este vulnerable sector.
La directora del Sedeges, Mery Polo, aseveró que están pendientes de los abuelitos que se encuentran en este lugar, y que cubren el costo económico de su alimentación, por lo que invitó a los medios de comunicación a ingresar a este espacio cuando tengan alguna duda para aclarar.
“Los asilos de ancianos como otros centros están abiertos para los medios de comunicación, porque no tenemos nada que esconder y mejor nos interesa mostrar la atención que se les da a estas personas”.
Testimonio
Una de las enfermeras voluntarias que desempeñaba funciones al interior del asilo de ancianos Teresa de Jornet de Tarija, aseguró que la labor que llevan adelante al interior de este lugar no es nada fácil, puesto que los adultos mayores están divididos en dos pabellones, en la parte de abajo están aquellos quienes aún pueden caminar y tienen una enfermedad que los tiene postrados a una cama o silla de ruedas.
En la parte superior se encuentran todos aquellos que sí o sí requieren de la atención de enfermeras porque su situación y estado de salud es delicado.
«Se necesita de mucha paciencia porque los adultos mayores cuando ya llegan a una etapa avanzada pierde muchos sentidos, algunos de ellos el de la vista, oído y es más complicado atenderlos porque no siempre son los que quieren», dijo la enfermera Valeria.
Aunque la Ley 369, Ley General del Adulto Mayor, establece la incorporación de estas personas al sistema productivo en la medida de sus posibilidades, pocos son los que gozan de este beneficio, pese a ser jefes de familia o a tener buenas condiciones de salud, pues son escasas las instituciones que se brindan a contratar a una persona mayor.(eP)
Nota apoyo
Datos alarmantes
De acuerdo a una publicación del suplemento Verdad con Tinta, se revelan datos que asustan ya que en Censo de Población y Vivienda realizado el 2012, en Bolivia existen alrededor de 900 mil habitantes de la tercera edad, para el 2025, se estima que la misma supere el millón.
Según datos de la ONG International HelpAge, el 2050, el 17% de la población tendrá más de 60 años.
El estudio realizado por la ONG International HelpAge en el año 2015, sitúa a Bolivia en el puesto 11, dentro de 18 países latinoamericanos y del Caribe, en el índice global del envejecimiento. Este ranking mide el bienestar social y económico de las personas mayores de 60 años.
Aunque el país se situaba en un puesto intermedio a nivel general, en parámetros específicos, como la atención médica, ocupaba un lugar bajo en comparación con otros países de la región.
Aunque la normativa para proteger a los adultos mayores existe, aún faltan acciones que hagan que las letras del papel se conviertan en una realidad palpable, otorgándoles una vida realmente digna. Acciones que hagan que el Día del Anciano no sea sólo una vez al año, sino que los recuerde todos los días.
En la mayoría de los casos, los ancianos se convierten en víctimas de su propia edad y de la falta de paciencia de quienes los atienden, ya sean familiares o cuidadores.
De acuerdo a la información del Centro de Orientación Socio-legal para Adultos Mayores, más de 450 mil personas de la tercera edad, sufren diversos tipos de violencia.