La ciencia es una una tomadura de pelo. Sí, responde preguntas
vitales pero, ¿responde las más trascendentales? No. Y esto no por no
haber llegado aún a las respuestas, si no porque la misma estructura del
pensamiento científico excluye de entrada la naturaleza de esas otras
cuestiones. Es decir, hay ámbitos de lo real en los que la ciencia
resulta completamente inútil.
La jactancia cientificista sobre
los avances del conocimiento y los objetos del mundo -galaxias,
refrigeradores, iPods, trenes, ecosistemas, estrellas marinas y una
eternidad de etcéteras- resulta irrisoria al compararla con todo lo que
se desconoce de quien conoce, o sea, el sujeto cognoscente.
Es
verdad que, como todo producto humano, la ciencia es cambiante y las
«verdades» van modificándose al pasar los años. Por ejemplo, hasta el
siglo XVII, la teoría de los humores iniciada por Hipócrates era el
referente de la medicina occidental. Así la sangre, la flema, la bilis
negra y la amarilla, condicionaban el comportamiento humano, sus estados
emocionales, mentales y su salud en general. Hoy sabemos que es el
cerebro quien regula la mayoría de los procesos internos, desde nuestra
salud hasta nuestros estados de ánimo.
El proceso de sueño
Pese
a que pasamos la mitad de nuestra vida durmiendo, poco se sabe sobre
cuál es la función del sueño y por qué sus procesos son así. Es claro
que existe una necesidad de descanso. Al dormir descansa el cuerpo, pero
el cerebro no. Éste se entretiene elaborando imágenes rarísimas y
emociones profundas, logrando una especie de collage surrealista interno
del que poco entendemos.
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El miembro “fantasma”

Existen
personas a las que se les amputa un miembro del cuerpo y, sin embargo,
continúan teniendo sensaciones de esas partes. Este fenómeno se conoce
como el «miembro fantasma» y sus causas aún siguen siendo desconocidas.
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Aprendizaje

A
pesar de las miles de sugerencias para alcanzar un mejor desempeño
intelectual, lo cierto es que poco se sabe sobre cómo es que funciona el
aprendizaje. Los impulsos eléctricos no parecen ser suficientes para
comprender cómo nuestro cerebro realiza la unión entre dos cosas
distintas entre sí y establece una relación de consecuencia o
similaridad. Sabemos que sabemos y cómo sabemos, pero no por qué
sabemos. La Inteligencia Artificial, por ejemplo, no ha sido capaz de
hacer seres pensantes por sí mismos.
–
Cómo funcionan las emociones
Las
emociones continúan siendo un terreno difícil de escudriñar. Aunque
existen cientos de teorías neurológicas para entender, por ejemplo, el
amor, éstas son incapaces de explicar el fenómeno de manera completa.
Describen ciertos procesos, pero la complejidad de las emociones
continúa siendo un misterio. Aún más: los avances en psiquiatría se han
efectuado bajo un sistema de prueba y error y aún existen muchos cabos
sueltos.
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La memoria

Se sabe bien que nuestro cerebro recibe estímulos y a partir de ellos elabora conexiones. Sin embargo, aún falta mucho por conocerse sobre la memoria a corto, mediano y largo plazo o por qué hay recuerdos que sencillamente bloqueamos. Se trata de un sistema tan complejo que no puede seguirse la pista sin perderse en algún momento.
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El humor

Lo
mismo que los procesos de memoria y las emociones, los mecanismos que
suceden en el cerebro para que algo nos resulte «gracioso» son sumamente
complejos y aún no se conocen del todo. Tiene que ver con nuestra
personalidad, nuestras conexiones neuronales y con toda la construcción
de conocimientos, pero aún se desconoce cómo es todo este procedimiento.
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Sobre la consciencia
¿Dónde está la vida?, ¿puede señalarse con un dedo? Es decir, ver un corazón latir o la sangre correr por las venas, no es ver “la vida”. Del mismo modo, pueden conocerse todos los procesos sinápticos y aun así no se da con lo que sea la consciencia, de dónde surge y cómo se manifiesta.
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Como
cualquier producto humano, la ciencia es más un proceso que algo
terminado. Los científicos no son seres etéreos ni omniscientes sino
sujetos de carne y hueso con un perfil psicológico, social y cultural
que condiciona su modo de ver el mundo y hacer ciencia.
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