Laura Vidaurre/ Bolinfo/ Tarija
(elPeriódico, marzo 07/2018) Con la imposición de la ceniza, comenzó ayer el camino cuaresmal. Desde la Iglesia, a través del reverendo padre Diego Luis España Gonzáles, instaron a los creyentes a vivenciar la cuaresma.
Las iglesias de la ciudad, abrieron ayer sus puertas para recibir a cientos de fieles católicos que participaron de la misa por el Miércoles de Ceniza.
“Los cristianos en todo el mundo entramos en un tiempo litúrgico llamado Cuaresma con el consabido Miércoles de Ceniza, este tiempo de dura 40 días hasta el Jueves Santo”, dijo.
Explicó que en el Miércoles de Ceniza, la Iglesia exhorta a sus miembros a entrar en el proceso de reflexión, de revisión de vida, de oración “de mirar nuestras actitudes respecto al prójimo”.
Destacó que son tres medios que ayudan a vivenciar este tiempo de cuaresma: la oración, el ayuno y la limosna.
“También hay otras praxis, como el viacrucis, la caridad, en fin, es un tiempo importante. La Cuaresma no tendría sentido por sí mismo, sino tiene un objetivo, una finalidad. Es una antesala que nos prepara a celebrar el misterio pascual (muerte y resurrección de Cristo)”, explicó el religioso.
Imposición de la ceniza
Explicó que la imposición de la ceniza es un sacramental, que ayuda a recordar la frágil condición humana, “polvo eres y al polvo volverás”.
“La imposición de la ceniza nos recuerda nuestra frágil condición humana, nuestra procedencia y nuestro destino, hablando de nuestra realidad física, somos contingentes; gracias a Dios y al misterio de la muerte y resurrección de Cristo aspiramos a una vida eterna junto a Dios, Cristo ha vencido a la muerte y el pecado en la cruz”, apuntó el cura católico.

Apunte:
El papa Francisco
El papa Francisco presidió ayer la misa de Miércoles de Ceniza en la que invitó a los fieles a liberarse en esta Cuaresma “de los tentáculos del consumismo y de las trampas del egoísmo” y a responder a la llamada del Señor, que “nos llama a una vida encendida en su fuego”.
Desde la Basílica de Santa Sabina, en Roma, el papa dijo que la Cuaresma “es una llamada a detenerse, a ir a lo esencial, ayunar de aquello que es superfluo y nos distrae. Es un despertador para el alma”.