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Es complicado notarlo a simple vista, sobre todo cuando existe una historia, planes o ilusiones que se deben dejar atrás; la melancolía y la nostalgia…

 

“Queridísima Ali:
Anoche no pude dormir pensando que habíamos
terminado, pero he dejado de amargarme porque sé que lo que tuvimos fue real.
Si en algún lugar, en un futuro lejano nos reencontramos
en nuestras nuevas vidas, te sonreiré con alegría y recordaré el verano que pasamos bajo los árboles,
aprendiendo uno del otro y creciendo en el amor.
El mejor tipo de amor es aquel que despierta el alma,
te trae paz a la mente y te hace aspirar a más,
eso es lo tú me has dado y lo que yo he esperado darte siempre.

Te quiero, Noah”.

«El diario de Noah»

Despedirnos es una de las situaciones más difíciles que experimentamos como seres humanos, pues, en muchas ocasiones, creemos que querer a una persona es suficiente para estar con ella toda la vida, ya sean amigos, familia o pareja, pero no somos conscientes que para que eso suceda se requiere de un gran trabajo por ambas partes: paciencia, tolerancia, acuerdos, comunicación y un largo etcétera que implica, también, una gran responsabilidad.

Un adiós puede representar el fin de una relación o el comienzo de una etapa nueva, de un momento, de un antes y un después como individuo. En algunas ocasiones resulta difícil saber cuándo alguien está fuera de nuestra vida o de nuestros planes o, peor aún, cuándo somos nosotros los que no tenemos cabida en el camino de  aquellas personas con las que planeamos un futuro; es normal que la confusión venga a nosotros y nos asalten las dudas, los cuestionamientos y hasta los reproches.

Es complicado notarlo a simple vista, sobre todo cuando existe una historia, planes o ilusiones que se deben dejar atrás; la melancolía y la nostalgia son grandes compañeras, incluso fuente de inspiración, te dan la sensibilidad para percibir de diferente manera,  pero quedarse estancado entre ambas es poco sano.

Por eso, en este artículo te compartimos las señales que te indicarán que es momento de aceptarlo, dar las gracias y pasar la página para escribir de nuevo, esto no significa que lo que se queda atrás desaparecerá, significa que vienen nuevas personas, momentos y lugares por recorrer y descubrir:


Cuando ya no es tu sitio, cambia de planes

mejor decir adiós

 

Sucede en lo personal, lo profesional y hasta en lo espiritual; es común pensar que la vida estará calendarizada y que las metas que en algún momento nos planteamos serán cumplidas en orden de lista, pero no es así. Existen momentos que no se pueden ni se deben intentar predecir, esa es la magia de la espontaneidad. Pensar que el trabajo que no tenemos será lo único que nos falta para ser felices es un error, o estar con aquella persona como pieza clave para cerrar el rompecabezas también lo es. El camino se va formando poco a poco pero en ocasiones la meta cambia por distintas circunstancias, así que el plan para conseguirla también debe evolucionar. Es doloroso despedirse pero es un paso hacia el descubrimiento personal y la transformación.

 

Deja ir: perder para ganar

mejor decir adiós

Imagina que llegas a la meta; después de tanto esfuerzo y anhelo tienes la sensación de que eso no es lo que quieres. Es válido darse cuenta de que el camino es para el otro lado, lo cual no significa que sea un error o un fracaso, simplemente hay que comenzar de nuevo. En muchas ocasiones nos aferramos a una relación o situación sólo porque nos esforzamos mucho en un principio, porque nos han dicho que es lo mejor o porque nos da miedo alejarnos para encontrar algo nuevo. No significa que no nos importe lo que otros sientan, pero si vivimos pensando en lo que quieren los demás sin priorizar lo que deseamos, nunca podremos avanzar hacia nuestros sueños.

 

La intuición es una brújula

despedirse de una persona

Sentirse perdido y desorientado son sensaciones que todos experimentamos en alguna ocasión; ya sea en aspectos de pareja o en cualquier otro ámbito, escucharnos con atención es la clave para saber la dirección que debemos tomar. Hemos llegado a creer que la felicidad solamente se alcanza a base de sufrimiento y sacrificio, per eso  no es verdad, si escuchas la voz en tu interior te dirá —eventualmente— que está cansada; no se trata de forzar ni luchar para mantener algo que se está fragmentando o intentar reconstruir pedazo por pedazo. Escucha a tu intuición, esa sensación de tranquilidad cuando sabes que has hecho lo correcto.

 

Lo que sucede, conviene

hombre pensando blanco y negro

Todo es pasajero, los momentos más bellos y los más dolorosos se desvanecen,  un adiós es una puerta al mundo, es una oportunidad. Mira hacia atrás y notarás que has vivido esto muchas veces, que existen despedidas involuntarias, otras obligadas y muchas más deseadas… pero todas ellas son y serán parte de ti.

Bien decía Borges: “Hay derrotas que tienen más dignidad que una victoria”.

Despedirse no es una materia que llevemos en el colegio, nadie nos enseña a decir adiós ni a pasar la página de manera rápida, pero es importante saber que es válido hacerlo, sin importar si eres tú quien decida alejarse o la parte que tenga que dejar ir. Sí, ninguna de las dos posturas en sencilla. Es este punto en el cual debemos valorar la individualidad para romper los lazos de apego y así fortalecer los de cariño y agradecimiento, pues los primeros nos harán sufrir, mientras que los segundos nos harán libres.

Piensa si algo de esto te vine constantemente a la mente, puede que sea momento de decir adiós.

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