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SAÚL CARDOZO/ BOLINFO/ TARIJA
(elPeriodico- 15 octubre / 2018) Juan Carlos, conocido como el “Campana” es uno de los muchos internos del penal de Morros Blancos que se encuentran a la espera de un juicio; sin embargo, lo que le sucedió para estar ahí es asombroso.
Juan Carlos fue imputado por intento de asesinato y robo con arma de fuego.
El hecho había sucedido en la zona del mercado Campesino en marzo de 2012, cuando la Policía recibió la llamada de una persona desconocida, quien dijo que vio a un sujeto ingresar a robar a una tienda de motocicletas con un arma de fuego. Al escuchar el llamado, efectivos policiales, de manera inmediata, se trasladaron al lugar, quienes luego de varios minutos localizaron al individuo.
Juan Carlos cuenta que cuando ingresó a esa tienda a robar no se encontraba plenamente consciente de sus actos, puesto que antes había consumido drogas. “Sólo recuerdo que fui perseguido por toda la ciudad de Tarija, creo que fui el primero que hizo eso”, sonríe.

Escape
Recordó que cuando escapaba con la motocicleta vio que los policías le estaban persiguiendo y decidió seguir con su fuga; sin embargo, cuando unos oficiales instalaron un retén en medio de una avenida para obligarlo a detenerse, él no paró, se subió por la jardinera central y así logró evadir el obstáculo para continuar corriendo.
“En ese momento sentí un escalofrío y un peso en la parte de atrás de la moto, como si llevara pasajero, pero no me detuve ni a ver qué había detrás y continué escapando, los policías no pudieron alcanzarme”, cuenta.
Relató que cuando llegó a su casa sano y salvo, no lo podía creer, puesto que se preguntaba por qué la Policía no le había disparado para detenerlo.
Pero su suerte cambio al día siguiente, la Policía hizo un allanamiento en su domicilio, donde encontraron la moto y el arma de fuego.
Cuando Juan Carlos fue aprehendido, uno de los policías vio el retrato de una señora en la pared del cuarto y le dijo a Juan Carlos: “Por esa señora no disparamos, ella iba con usted cuando se estaba escapando en la moto”. Esto desconcertó a Juan Carlos porque era la foto de su abuela, quien había fallecido dos años antes.
“La Policía, como sea, me quería sacar información de mi abuela, sin embargo, le decía que ella había muerto hace dos años de una enfermedad que le tuvo mal por muchos años, pero la Policía no me creía hasta que llegaron mis familiares a la FELCC (Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen) y les dijeron los mismo. Los policías no podían creer lo que había sucedido”, cuenta Juan Carlos.


Asimismo, mencionó que él se había criado con su abuela, sus padres se fueron a la Argentina y le dejaron muy pequeño en Tarija, ella era todo para él, un día sus papás volvieron e intentaron llevarlo, pero no quiso ir y se quedó con su abuela.
“Sé que ella me quería mucho y yo también a ella, creo que continúa cuidándome, ahora estoy a la espera de una condena, pero este tiempo que estoy en la cárcel me sirvió para recapacitar y entender que mi abuela no quería que me maten y por ella voy a seguir viviendo; cuando cumpla mi sanción voy a salir y ser un hombre de bien, como ella hubiese querido”, comentó.
El Campana, ahora se encuentra a cargo de dar charlas de reflexión a los internos del penal de Morros Blancos, a quienes todos los días les cuenta lo que le pasó y quien le salvó de morir. “Sé que cambié, lo que hice no es para tener una condena para toda la vida en la cárcel y por ello sé que voy a salir y así continuar viviendo, pero esta vez en el lado bueno y quiero agregar que hace un año y medio que no consumo drogas y nunca más volveré a consumir, lo puedo prometer por mi abuela que está cuidándome”, finalizó. (eP)

EL APUNTE

El 30% tienen sentencia y 70% son detenidos preventivamente

El hacinamiento de las cárceles continúa siendo un problema en el país, a tal punto que recientes datos del Ministerio de Gobierno, existe una sobrepoblación de 213% en los centros penitenciarios, se atribuye esta situación a la retardación de la justicia que es lo que prolongan los procesos.
La ciudadanía manifiesta que existen muchos reos sin sentencia, por ende, hace que en las cárceles estén muchas personas. Dada esta situación; uno de los planteamientos de las personas con faltas leves como por deudas, pensiones familiares puedan defenderse en libertad, de esa manera reducir el hacinamiento de los centros penitenciarios.
Según informes del Ministerio de Gobierno, en Bolivia hay un total de 18.195 privados de libertad, el eje troncal concentra el 73,8% de los internos, donde solo Santa Cruz representa el 37,04%. (eP)