ECOOSFERA
Todos hemos visto a nuestros perros profundamente dormidos, agitando sus patas o moviendo sus narices en señal de que están soñando con alguna actividad. Pero, ¿qué sueñan los perros? Y más aún: ¿por qué sueñan como nosotros?
Según un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts, muchos mamíferos tienen sueños complejos, pues su ciclo de sueño es muy parecido al nuestro e incluye la etapa del “movimiento ocular rápido” (REM, por sus siglas en inglés).
El ciclo de sueño por el que pasan los perros para llegar a su territorio onírico es muy parecido al nuestro, con etapas de alerta, de somnolencia y de REM; en esta última pasan el 12% de su ciclo de sueño. Es durante ese tiempo que tanto perros como humanos soñamos más vívidamente, pues es el momento de mayor actividad cerebral. Sólo que nosotros estamos en esa etapa durante mayor tiempo (un 25%).
Los perros y otros mamíferos también tienen acceso al mundo de los sueños, pero ¿qué sueñan exactamente? Al igual que nosotros, los perros sueñan sobre sus experiencias cotidianas: una suerte de regresión producida por el hipocampo, la zona del cerebro encargada del aprendizaje y la memoria. Las investigaciones de Deirdre Barrett, psicóloga especialista en sueños de la Escuela de Medicina de Harvard, apuntan a que lo más probable es que nuestros perros sueñen… con nosotros, más que nada.
Porque los sueños reflejan lo que más nos interesa. En el caso de las personas, los sueños tienen intrincados mensajes metafóricos y simbólicos; en el caso de los perros es de esperarse que sus sueños sean más sencillos, pues además la etapa REM dura menos. Así que seguramente estamos presentes en sus sueños, así como también lo está un jugoso trozo de carne.
Es así que nuestros perros no siempre sueñan con que están persiguiendo alguna presa o que están corriendo por el parque, como se cree comúnmente. Sus sueños son más bien un reflejo bastante complejo de su mundo: de todo lo que aprehenden por vía de la vista y de otros sentidos como el olfato, mucho más desarrollado en ellos que en nosotros, lo que debe hacer sus sueños cualitativamente distintos.
Además es muy probable que los sueños de nuestros perros sean también reminiscencias de su pasado pues, como se ha comprobado recientemente, cuentan con memoria a largo plazo. Se cree que es por eso que los perros tienen también pesadillas, tanto por experiencias recientes lo suficientemente traumáticas –como una visita al veterinario– como por experiencias pasadas.
Eso sí: los sueños de los perros –o sus pesadillas– pueden ser tan vívidos y estimularlos tanto que los expertos recomiendan no despertar a tu perro si ves que está soñando; menos aún si está llorando o gruñendo, pues podría morderte al no diferenciar entre su sueño y la realidad.
Viendo que soñamos de maneras tan parecidas, ¿será que algún día podremos compartir sueños con nuestro perro? Sin duda, eso sería fantástico.