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Te tenemos malas noticias: dormir de más puede matarte. Encuentra aquí otras 9 cosas que podrían tener el mismo efecto irreversible en tu salud.

Dormir de más o saber que al día siguiente no debes programar tu alarma y despertarte sobresaltado puede ser de las cosas más placenteras que el humano experimenta. Sin embargo, te tenemos malas noticias: dormir demasiado podría matarte.

Así como lo lees, por más agradable que te pueda parecer quedarte dormido de más, incluso tener un horario de sueño que involucre más de las ocho horas recomendadas podría ponerte en riesgo de una muerte prematura.

El Journal of the American Heart Association encontró, después del análisis de 74 estudios con más de 3 millones de personas que dormir más de 10 horas está ligado a un 30% más de probabilidad de morir, debido a causas como infarto —que representa un 56% de riesgo aumentado— o de otra enfermedad cardiovascular o coronaria. Asimismo, indica que el siguiente paso en la investigación es determinar si «optimizar la duración y calidad de sueño podría ayudar a reducir la gravedad de una enfermedad cardiovascular».

Pero, además de dormir demasiado, te presentamos otras cosas también podrían matarte durante tu juventud de las que seguramente no te habías dado cuenta o simplemente nunca te había pasado por la cabeza:

No dormir

Suena irónico que este texto alerte del riesgo de dormir de más, pero también existen diversos estudios que apuntan a que la falta de sueño puede demeritar tu salud, provocar accidentes y eventualmente la muerte. Aunque sí debemos mencionar que cuando de dormir se trata, hacerlo de más es lo peor para tu salud.

Gases tóxicos

No, no nos referimos que pases por una zona industrial, nos referimos a los gases que pueden emanar al usar ciertos productos de limpieza en lugares cerrados, en especial si mezclas diversos productos. Por lo general la mezcla más mortal suele ser el cloro con el amoniaco —mismo que suele estar incluido en productos de limpieza multiusos—.

Tomar demasiada agua

Hace un par de años se hizo conocido un caso en el que una estación de radio lanzó un reto que involucraba que una persona rompiera un récord al beber agua, sin embargo la competencia se les fue de las manos cuando la persona en cuestión falleció por intoxicación de agua. Lo que le sucedió a ella —y podría pasarte a ti— es que sus riñones no pudieron procesar tanta agua en tan poco tiempo y su cerebro como sus pulmones se hincharon hasta la muerte.

Atragantarse

Este es un miedo permanente para todo aquel que por accidente o distracción se ha atragantado con un objeto o un trozo de comida. La obstrucción accidental de las vías respiratorias es una causa de muerte muy común, en especial cuando no se atiende rápidamente, es por ello que verás que la maniobra de Heimlich ha cobrado tanta popularidad, sino golpes enérgicos en la espalda de alguien podría sacarte del apuro.

Demasiado café

Ese dulce café que te permite despertar e iniciar tu rutina del día puede ser peligroso para tu salud si exageras en su consumo. Demasiada cafeína puede provocarte un paro cardiaco. Piénsalo ¿alguna vez has sentido ese ligero temblor o tu pulso acelerado tras beber varias tazas de café? Pues eso sólo es el comienzo de una condición que puede ser muy, pero muy grave.

Aire en tu vagina

Se trata de una causa de muerte que apenas figura en la estadística; sin embargo, es algo tan irreverente que no podemos dejar de listarlo. Soplar con demasiada fuerza —o con el simple hecho de bombear el aire de una jeringa— en el interior de la vagina de una mujer puede provocar una embolia gaseosa. Ésta consiste en la entrada de aire en el torrente sanguíneo, lo cual deriva en un paro cardiaco. Por lo general esta condición afecta a los buzos que no realizan la descompresión adecuadamente o por etapas, y puede ser fatal.

La altitud

Difícilmente te encontrarás por casualidad en un escenario donde te veas en un sitio con demasiada altitud, pero la realidad es que nuestros cuerpos sólo pueden soportar hasta ciertos metros y eso es gracias a la capacidad del cuerpo para aclimatarse a la altitud y a la falta de oxígeno. Los inicios de los efectos de la altitud en nuestro cuerpo seguro los has sentido si has viajado a ciudades o lugares con mayor altitud que en la que vives: sientes dolores de cabeza, incluso puedes tener un derrame en el ojo; estos tan solo son la manifestación del incremento de la presión sanguínea. Incluso un médico, Edouard Wyss-Dunant definió como “zona de muerte” a la zona que supera los 7500 metros de altitud, puesto que a partir de ahí es imposible que un ser humano se aclimate.

Mucho ruido

La realidad es que en nuestro día a día no es tan común que estemos expuestos a ruidos altos en extremo, pero en caso de que estos superen los 185 decibeles puedes estar en riesgo de que la presión del aire provoque que tus pulmones estallen. No te preocupes, difícilmente tus audífonos alcanzan ese nivel: un jet produce cerca de 150 decibeles, algo cerca del límite, es por ello que por lo general encontrarás a pilotos u operadores en aeropuertos con tapones para el oído —además de que la exposición a altos niveles puede causarte sordera—.

Una cortada

Esto puede ser de lo más escalofriante. ¿Cuántas veces no te has cortado por accidente o dado un raspón y has dejado que «se cure solo»? Seguramente ni puedes recordarlas de lo común que puede ser. Pero la realidad es que una herida infectada puede provocarte problemas graves de salud, en especial cuando las bacterias entran a tu torrente sanguíneo —conocido como sepsis— por lo que tu sistema inmune reacciona inflamando todo tu cuerpo y formando coágulos, en conjunto puede llevar a la falla de más de uno de tus órganos y por lo tanto la muerte.

Como has visto, la mayoría de los casos te muestran que lo que nos dicen los comerciales y las mamás es cierto, «todo con medida, nada con exceso». Consumir cualquier producto o alimento excesivamente, por más beneficioso que pueda ser, puede resultar en daños a tu salud tan graves que sean tan irreversibles como la muerte. Así que procura medirte y controlar tus impulsos.

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