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Cultura Colectiva

Entre hombres que quieren aumentar su virilidad, mujeres con deseos insaciables y juegos sexuales extremos, el riesgo es latente.

El tamaño del pene siempre ha causado conflicto. Muchos hombres están inconformes con el tamaño de su miembro y buscan agrandarlo de cualquier forma para satisfacer a sus parejas. No obstante, cuando la desesperación es demasiada, recurren a soluciones muy extremas y poco sanas. Es el caso de un soldador en Malasia quien se miraba diariamente al espejo con el fin de quejarse del tamaño de su pene. Le encontraba miles de defectos: era muy pequeño, delgado, deforme, estaba de lado, no tenía elasticidad ni firmeza, era de un color completamente ajeno… y así podía seguir todo el día.

Indignado y con la autoestima por los suelos, buscó remedios caseros para agrandarlo sin la necesidad de recurrir a una cirugía, ya que no tenía suficiente dinero para hacerlo y estaba próximo a casarse con el amor de su vida. Así, una tarde, mientras trabajaba en su taller, el hombre vio una tuerca que jalaba y sostenía lo que se le pusiera dentro. Así que en su desesperación puso su pene dentro y la puso a funcionar la máquina. El motor se encendió y comenzó a jalar el miembro del hombre de manera que él sentía cómo le estiraba la piel. Sin embargo, la tuerca se estancó de pronto y abrazó el pene de tal forma que no lo dejó salir hasta que lo aplastó tanto que lo «exprimió» y atrapó por horas. Desesperado y cansado del dolor, llamó a su prometida quien llegó con un séquito de doctores y enfermeros.

Una vez atendido, el hombre tuvo que ser mutilado y le retiraron gran parte del órgano para poder liberarlo de la máquina. Todo concluido, su autoestima volvió a hacerse añicos al ver que su afán de tener un miembro más grande le arruinó la vida. Canceló su boda y terminó con la prometida, a pesar de que ella estaba dispuesta a tener una vida con él. Como este caso, hay cientos más. Entre hombres que quieren aumentar su virilidad, mujeres con deseos insaciables y juegos sexuales extremos, los riesgos son latentes. A veces, el experimentar, no es del todo agradable y satisfactorio, por ello, hay que tener en mente los juegos que sí se pueden realizar sin necesidad de poner en riesgo la integridad. Justo en ello no pensaron estas 10 personas.

Chupetones

Sí, pueden ser muy peligrosos y molestos. En Nueva Zelanda, una mujer le hizo uno a su novio en venganza porque éste no le era del todo fiel. Ella intentó marcarlo para que otras mujeres no se le acercaran y exageró en cuanto a su entusiasmo, puesto que no sólo lo lastimó cutáneamente sino que la herida fue tal que se le formó un coágulo de sangre, paralizando su rostro un tiempo ya que estaba sobre una arteria. Pudo ser letal si el corazón comenzaba a fallar.

Una posición muy extrema

Si no eres muy ágil o no puedes realizar una pose sexual muy específica, lo mejor será que no lo intentes más. En Rusia, una pareja de edad mediana intentaba elevarse a través de una postura en la que él la levantaba a través de las axilas. En el clímax, él tuvo un colapso que no logró aguantar. Ella se le cayó de las manos y desafortunadamente, no pudo separarse de la mujer por unos segundos. Sin embargo, cuando lo hizo fue doloroso para ella y traumático para él. Al parecer, el pene tuvo un acumulamiento de sangre que hizo que se hinchara y se atorara en la cavidad.

Condones en los pulmones

Hay que estar muy consientes de lo que hacemos o de contrario, podría pasar algo como en este caso en la India. Una mujer succionó el pene de su amado y al no saber hacerlo se comió el preservativo y se alojó en los pulmones. Tuvieron que someterla a cirugías y terapias posteriores para poder salvarla de la muerte.

Besos sin sonido

En China, un chico besó tan fuerte a su novia que enredó su lengua de tal manera que le rompió algunas terminaciones auditivas dejándola sorda de un lado. Cuando le hicieron estudios, el tímpano estaba deshecho y ahora debe usar un audífono especial, además de que tuvo que cuidar su lengua por un tiempo.

Estimulación mal realizada

Un hombre, aburrido de estar solo, frotó sus genitales en un motor. Éste se encendió y lo atrapó rompiendo no sólo su ropa, sino parte de su escroto, lo que le provocó una pequeña hemorragia y la pérdida casi instantánea de un testículo. Esto le obligó a tomar una pistola de grapas y cerrar con ella la herida. Empeoró todo y desafortunadamente, su aparato reproductor está dañado y sin reparo.

Experimentos fallidos

Una pareja, en el afán de experimentar, cometió uno de los peores actos sexuales del mundo; vaciar cemento en el ano… Como era de esperarse, cuando comenzó a endurecerse empezó el calvario. En el hospital, lo ayudaron y como broma les obsequiaron el molde que se había creado: un objeto muy grande y bastante feo.

Mordidas en el pene

En Singapur, un hombre se encontraba con su amante en un estacionamiento oscuro. La chica le hacía una felación que el muchacho de 28 años, disfrutaba como nunca. Una camioneta que estaba atrás se estrelló contra ellos; en su afán de salir, la mujer tuvo tanto miedo que cerró fuertemente la mandíbula y le dio una mordida tan intensa que el chico sólo pudo gritar de dolor. Le había hecho una gran herida que posteriormente, causaría el divorcio del hombre y sus esposa.

La comida no va en todos lados

Un hombre en Estados Unidos se puso creativo una noche. Tuvo en una romántica cena con su esposa. Habían estado comiendo curry y él, en el afán de revivir la llama de la pasión, le colocó unos trozos de comida en el cuerpo que iba ingiriendo poco a poco. En la vagina, le colocó un poco de curry como bocadillo final. Sin embargo, ella no toleró la temperatura y tampoco los ingredientes con los que se prepara, por lo que llego al hospital con erupciones en el órgano y abstinencia por un tiempo.

La fractura del pene

Se da cuando el pene está muy erecto y hay fuertes y bruscos movimientos sobre él. Un hombre se tocaba en silencio para no atraer la visita de su madre a la habitación. Sin embargo, ocurrió. La mujer entró de golpe descubriendo la desnudez de su hijo. Éste se levantó y al intentar sacarla, se tropezó, cayendo encima de su pene… lo fracturó. Al no ser un hueso, el tratamiento de curación es diferente, pero no menos doloroso.

Objetos poco convencionales

En el afán de satisfacer las necesidades propias, un sacerdote en Reino Unido usó una papa que después no logró sacar del recto. Cuando llegó al hospital, trató de justificare diciendo que había caído sobre las compras de la cocina cuando trataba de colocar una cortina… Nadie lo juzgó. Lo operaron y salió rápidamente sin decir más. ¿Cuál es el problema en satisfacer las necesidades propias?

El «problema» no está en satisfacer las necesidades, sino en hacerlo de forma extrema y equivocada, ya que, por desgracia, no siempre hay la suficiente precaución. El secreto está en hablar y llevar una vida sexual libre. En el mundo siempre existirán personas con los mismos fetiches, las mismas necesidades y los mismos sentimientos. Sólo hay que buscar más allá del círculo social. ¿Tú has tenido una experiencia similar?