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Eduardo Rodríguez-Baz 

El nerviosismo invadió al derechista Partido Popular (PP), del jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, ante el mayoritario acuerdo en el parlamento de llevar hasta las últimas consecuencias las pesquisas sobre su presunto financiamiento ilegal.

La inquietud en las filas conservadoras se hizo evidente este miércoles, cuando el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, acusó a la oposición de intentar abrir una causa general contra los populares mientras ‘tapa sus propias vergüenzas’. Tercero, en la nomenclatura de la formación oficialista, el dirigente no pudo ocultar su malestar frente al fracasado intento del PP de acortar los trabajos de la comisión del Congreso de los Diputados, que indagará sus cuentas.

A juicio del portavoz del izquierdista Unidos Podemos en la Cámara alta, Ramón Espinar, la comisión senatorial será ‘el campo de batalla en el que el PP se limpie las heridas de la comisión que va a estudiar su financiación en el Congreso’. La diputada del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) Isabel Rodríguez recomendó hoy al PP que deje de hacer el ridículo y ponga fin a su ‘pataleta’.

Rodríguez exhortó a los populares a asumir la realidad de que ya no tienen mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados y, por tanto, el resto de los grupos parlamentarios pueden marcar la agenda política. Acusó a la formación de Rajoy de obstruir la labor de la comisión de investigación, porque, denunció, sabe que de las comparecencias y la documentación se derivará su responsabilidad política en torno a la financiación ilegal.

Para la diputada de Unidos Podemos Carolina Bescansa resulta sorprendente que el PP mantenga que ‘lo que es ilegal no es su financiación, como acreditan causas judiciales, sino la creación de una comisión cuya constitución ellos mismos respaldaron en el pleno.

Confió en que los conservadores modifiquen su actitud y dejen de intimidar y amedrentar.

En los últimos años, el partido liderado por el presidente del Ejecutivo español se vio sacudido por varios escándalos de corrupción que desvelaron una posible financiación ilícita.

Uno de los más sonados es el denominado caso Gürtel, que investiga una trama de empresarios que habrían dado dinero a altos cargos de la organización conservadora a cambio de contratos.

Los reiterados casos de corrupción en las filas oficialistas condujeron a los populares a la pérdida de unos tres millones de votos en las dos elecciones generales celebradas en diciembre de 2015 y junio de 2016. (Tomado de Prensa latina).