Las Heroínas de la Coronilla, valerosas mujeres cochabambinas que lucharon y ofrendaron sus vidas por la libertad y emancipación de la patria durante la Guerra de la Independencia, inspiraron para que en 1927 mediante Ley del 8 de noviembre, el Presidente Hernando Siles Reyes rinda su homenaje, instituyendo el 27 de mayo como el Día de la Madre en Bolivia. Las mujeres de la ciudad lideradas por Manuela Gandarillas al quedarse sin el ejército patriota y al grito de ¡nuestro hogar es sagrado! se concentraron en la Plaza Principal, al toque y llamado de las campanas, acudieron a recibir la bendición y protección de Dios, se organizaron y decidieron enfrentar y dar resistencia a los españoles. El 27 de mayo de 1812 se atrincheraron en la punta de la colina de San Sebastián, en el lugar conocido como La Coronilla, en el centro de Cochabamba, donde los soldados realistas al mando de Goyeneche las masacraron.
«Si no hay hombres, aquí estamos las mujeres para defendernos».
De acuerdo a los antecedentes, el ejército español se retiraba de Cochabamba, yendo en persecución del Jefe argentino Díaz Vélez. Esteban Arze al saber la noticia, tomó nuevamente la ciudad del valle, Cochabamba, exigió la renuncia del gobernador Rivero y creó una Junta de Gobierno presidida por Mariano Antezana.
Posteriormente, Arze decidiò marchar a Oruro con 3.000 hombres, sin embargo, una vez en esta ciudad fue rechazado y resuelviò volver a Cochabamba. El Conde de Guaqui llamado así el español Manuel de Goyoneche alistó su marcha junto al ejército realista para ir a la Argentina; pero al saber de la sublevación encabezada por esteban Arze, decidió dirigirse a Cochabamba.
En el Queñual, situado en las alturas de Pocona, se enfrentaron con los patriotas de Arze. Los españoles los batieron con facilidad el 24 de mayo de 1812. Goyoneche tenía a su disposición la toma de Cochabamba, sin embargo, las mujeres al verse sin el ejército patriota, se organizaron a la cabeza de Manuela Gandarillas y decidieron dar resistencia a los españoles. Según el General argentino Bartolomé Mitre, las mujeres cochabambinas estaban enardecidas y dispuestas a morir por la independencia y libertad de sus hijos. «Si no hay hombres, aquí estamos las mujeres para defendernos», señalaron jurando morir antes que rendirse. Las mujeres junto a los ancianos y niños se prepararon para hacer frente a los españoles con piedras y los pocos fusiles que tenían. Fue una verdadera masacre y murieron con valentía en defensa de la Patria que nunca vieron.