LIDIA AZURDUY R./BOLINFO/TARIJA
(elPeriódico-May 28) Las paredes son capaces de contar muchas historias, sean de amor o políticas, lo cierto es que son testigo de muchos aconteceres; más allá de la necesidad de expresarse, surge una corriente que exige tomar conciencia de los espacios públicos para preservarlos y de los espacios privados para respetarlos.
Existen muchas formas para expresarse, siendo inconcebible usar paredes para pintar mensajes de cualquier índole, en ello deben trabajar las autoridades, prohibiendo, multando, pero sobre todo generando la conciencia de vivir en colectividad. El problema radica, cuando son las autoridades o los partidos políticos quienes son autores de estos mensajes, es decir, la autoridad llamada a poner frenos y trabajar por el progreso de nuestra ciudad quienes hacen uso de paredes con mensajes de índole político.
Pues detrás de algunos mensajes que a primera vista parecieran reivindicaciones o protestas, se mueven intereses particulares en coyunturas políticas específicas, pues para pintar se requiere tiempo y dinero, último elemento que dizque escasea en el departamento como para invertir en brochas y pintura para dejar un mensaje con características de este tipo.
Es por ello, que es fácil percatarse que detrás de cada mensaje se esconden partidos políticos, muchos de los cuales conforman algún poder en el departamento, entonces es igual de repudiable un mensaje de amor de un tal “Juan” como lo es una protesta a determinada ley o referéndum, ya sea rechazando o apoyando.
Pero es que además de ensuciar, muchos de los autores intelectuales no han comprendido que para obtener el apoyo ciudadano sobre determinado tema se lo debe hacer a través del uso de la razón y con argumentos, no bastará un mensaje vacío pintado en cualquier pared, eso es menospreciar a toda una sociedad.
Habrá que cambiar la manera de hacer gestión, sea de oposición u oficialismo, que sean las obras, la gestión y las razones que primen, haciendo uso de los mecanismos que la propia democracia franquea, para ganar adeptos a la hora de defender discusiones, que las luchas sean tomadas por ideas, urge dejar de bloquearnos, tirar petardos y empujones, es necesario madurar como sociedad, donde quienes coyunturalmente se encuentran bajo el foco o vitrina den el ejemplo, sean ellos quienes propongan debates, sean ellos quienes limpien y no ensucien las calles, sean ellos quienes asuman cargos y entre todos podamos construir una sociedad respetuosa no sólo de sus muros, sino también de sus ideas. (eP)