Mercedes Bluske y Jesús Vargas Villena
(Verdadcontinta-mayo 04/2017) Un movimiento, una sonrisa, un gesto, una broma. Todas son formas que utilizamos los seres humanos para comunicarnos y sociabilizar entre nosotros. Sin embargo, aunque esto parezca de normal compresión para muchos, hay un pequeño sector de la sociedad, al que le cuesta interpretar estas variantes del lenguaje.
El TEA, o Trastorno de Espectro Autista, es una condición que neurológica y de desarrollo que afecta cómo una persona se comporta, interactúa con otros, se comunica y aprende.
Como con cualquier otra condición que afecte al normal desarrollo de una persona, la detección temprana es de vital importancia para mejorar los aspectos que estén fallando en la persona.
“Es importante la detección temprana, porque el cerebro está en crecimiento hasta los 19 años”, explica la psicóloga Elizabeth Vila, una de las especialistas que llegó a Tarija de Buenos Aires, para concientizar y trabajar en la detección temprana del autismo.
“La función del lenguaje surge entre los 12 meses y 24. Si nosotros vemos algo que no surge como debiera, tenemos que intervenir”, explica la especialista en entrevista con el equipo de Verdad con Tinta.
Por su parte, su colega, Gustavo Dubnicki, profesor y licenciado en Ciencias de la Educación, asegura que la detección temprana ayuda a que los niños se integren con mayor facilidad al colegio o universidad.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, los niños no son diagnosticados hasta que no entran al colegio.
Parte de los rasgos característicos de las personas con algún tipo de trastorno autista, son la falta de flexibilidad mental, falta de habilidades comunicacionales, trastornos obsesivos compulsivos o ecolalia, que es la repetición de palabras para la auto-estimulación.
Los especialistas sugieren a los padres tomar en cuenta si sus hijos tienen algunos de estos rasgos, para que reciban el diagnóstico de un profesional.
El debate científico de los últimos años se ha centrado en la siguiente interrogante: ¿Se nace con autismo, o es una condición que se desarrolla después? Aunque los estudios avanzaron intentando justificar una u otra postura, no hay resultados concluyentes al respecto.
Sin embargo, para los especialistas llegados de Buenos Aires, en los casos que trataron a lo largo de su carrera, todo apunta a que sus pacientes ya nacieron con esta condición. “Hay muchos papás que te dicen que antes su bebé decía ‘papá’ y ‘mamá’, pero luego dejaron de decirlo”, continúa Gustavo, la gran pregunta es si cuando dijeron esas palabras, ésa era la intención, o si era pura repetición. “Por eso a mí me queda la duda”, agrega.
Aunque cueste creerlo, todas las personas tenemos algún rasgo de amplio espectro de trastornos de tipo autista.
Hay personas que prefieren están solas, otras a las que les molestan los ruidos fuertes, otras que repiten el mismo estribillo de una misma canción una y otra vez, entre otras cosas.
Sin embargo, la diferencia entre éstas personas y una autista, es que si no tiene este trastorno, puede volver a sociabilizar el momento que quiera o que lo requiera.
“Todos tenemos rasgos autistas. La diferencia con alguien que no tiene el problema, es que cuando vos le llamas la atención, se engancha de nuevo al tema o conversación”, explica Gustavo Dubnicki. Sin embargo, el niño o joven autista no se da cuenta y sigue haciendo lo suyo.
Otro rasgo particular y que ayuda a la detección, es que los niños con autismo no tienen la capacidad de desarrollar el juego simbólico.
“Ellos no pueden jugar con una escoba y pretender que están montado a caballo”, agrega la psicóloga Elizabeth Vila. “Ellos son muy literales, por eso tienen problemas con lo simbólico”, explica la especialista.
Debido a su naturaleza literal, ellos tampoco entienden el doble sentido, el sarcasmo o las indirectas. Por eso, el entorno familiar debe ser muy cuidadoso con las expresiones con las que se dirige hacia ellos, porque pueden llegar a tomar de una forma muy personal.
Como el autismo no es una enfermedad, no se puede curar, pero si se pueden atenuar los signos y síntomas con los que aparece.
Los especialistas pueden ayudar a los pacientes a aprender los códigos y convenciones sociales de la comunicación como la sociabilización humana.
Sin embargo, por más que aprendan estas características de la comunicación humana, su capacidad de interpretación es prácticamente nula.
Ellos tienen problemas para interpretar las reglas no escritas de la comunicación.
“Si entramos a un lugar y alguien nos pone una fea cara, vos te das la vuelta y te vas, porque te diste cuenta de que interrumpiste, pero ellos no se dan cuenta y entran de todas formas; saludan, dan un beso, cumpliendo con el protocolo que aprendieron”, dice Elizabeth.
Aunque el protocolo aprendido fue aplicado a la perfección, no pueden darse cuenta que lo oportuno hubiera sido pedir disculpas y retirarse.
En el afán de fortalecer sus habilidades sociales, los padres se olvidan de su principal labor en la vida de sus hijos; ser padres. Jugar, divertirse, bromear, reír, son cosas que un padre nunca debe dejar de hacer con sus hijos.
“Queremos que ellos disfruten de su hijo, jueguen con él como cualquier padre. Todos los chicos vinieron sin manual y todos aprendimos a ser padres con nuestros hijos. Ellos tienen que hacer lo mismo”, es el consejo que da Gustavo a los padres con hijos autistas.
Otro de los consejos útiles de los especialistas, es que jamás deben esconder a sus hijos la condición que tienen. El autista, tiene que saber que es autista para poder mejorar.
“Es contraproducente no decirle al chico que el es autista, porque vos tienes que enseñarle a compensar un déficit que para él no es real, porque él ha sido así toda la vida”, explica Elizabeth.
Los padres tienen que saber que con un buen tratamiento, un chico autista puede ser independiente, estudiar y trabajar.
Agustín, uno de los pacientes de ambos expertos, es un adulto de 34 años que estudió la Carrera de Derecho y actualmente está metido en la política bonaerense. Aunque sus habilidades sociales aún deben ser pulidas, su avance es un digno ejemplo para quienes tienen miedo a esta condición.
Los especialistas argentinos en autismo, Elizabeth Vila y Gustavo Dubnicki, en conversación con el equipo de Verdad con Tinta.