Noticias El Periódico Tarija

Ya hace varios años atrás un estudio de la Universidad Autónoma de México (UNAM) recomendó no consumir absolutamente nada que provenga del lago San Jacinto ni tampoco seguir distribuyendo sus aguas para consumo humano, por haberse encontrado en sus aguas metales pesados, fungicidas y agro químicos, lo que hicieron las autoridades de la época fue sólo declarar una cuarentena de 6 meses, nada más. De ahí hasta ahora nada cambió, no se volvió a hacer otro análisis y todos se olvidaron del asunto.

Las malas prácticas en comunidades que se encuentran en alrededores del lago lograron que se contaminara peligrosamente, más aún cuando durante la época de estiaje se distribuía agua a toda la ciudad. Sucede que las aguas negras de esas comunidades están cayendo directamente a ríos y quebradas que alimentan San Jacinto así como los químicos que usan los campesinos y productores sin control alguno, existen productos que aquí se utilizan que están prohibidos en otros países pero aún así sirven para fumigar cultivos de todo tipo.

Queremos entender que desde entonces no se volvió a usar el agua del lago para que la consumamos los humanos, este lugar es uno de los atractivos turísticos que tiene la ciudad y por esa razón es visitado por miles de personas, para recibir a los turistas se han establecido de mala manera toldos o tiendas que venden comida utilizando lo que se cría y produce en el embalse sin el menor control sanitario y en condiciones deplorables, por alguna extraña razón ni autoridades municipales ni de salud han hecho nada o para que que se regule esta actividad o simplemente se la prohíba. Es una irresponsabilidad ante los ojos de todos como muchas otras que son parte de nuestra cotidianidad, ahora es la intendencia municipal la que advierte que no garantiza lo que se expende y consume en San Jacinto, débil acción que debería ir acompañada de decisiones políticas para salvaguardar la salud pública. Es tiempo ya que se encargue un nuevo análisis no sólo del embalse sino de ríos, quebradas y productos agrícolas que se riegan con esas aguas, no puede ser que a título de no generar un supuesto problema económico estemos poniendo en riesgo la salud de todo un pueblo y de generaciones enteras.