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Hugo Menchaca Alli

(Ciudadano boliviano que vive en Villa Montes, Región Autónoma del Chaco Tarijeño)

Personalmente no lo conocí, pues cuando fue cruelmente torturado, en la ciudad de La Paz, un día como hoy 22 de marzo de 1.980, los de mi generación empezábamos a balbucear este mundo, sin embargo, por  todo lo que se ha dicho y escrito de él, y particularmente por sus “Oraciones a Quemarropa” nos hemos contagiado de sus sueños  e ideales, ..nos hemos contagiado de su esperanza de un construir un mañana de justicia y paz.

Los hombres justos  y nobles como Luis Espinal, han de perdurar en la memoria de muchas generaciones, con seguridad los hijos de mis hijos, seguirán evocándole, en esta ardua e incomprendida labor de construir un mundo más humano.

Lucho propiamente no fue un “nacional”, no nació en Bolivia, sino fue un jesuita español, aspecto que le significó que sus detractores tengan que tildarlo de “comunista extranjero”, si  embargo Lucho, demostró amar a Bolivia, a tal punto que su compromiso con el país, sobre todo con los sectores más empobrecidos le costo su propia vida, que difícilmente muchos bolivianos podríamos hacerlo.

Lucho arribó a Bolivia en el año de 1.968, periodo de gobierno del cruento general René Barrientos Ortuño (que siendo aún presidente pereció en un accidente de helicóptero), y fue cruelmente torturado y asesinado un día  como hoy 22 de marzo de 1.980, durante el Gobierno de Lidia Gueiler Tejada en circunstancias de una franca conspiración militar de lo que posteriormente iba a ser la sangrienta dictadura de Luis García Meza.

Lucho durante su existencia en Bolivia, fue un “profeta” en el sentido más humano de la palabra y no de una “abstracción  santurrona”, fue testigo de los momentos más trascendentales en el país, la guerrilla de Teoponte de 1970 (con la presencia de místicos y soñadores jóvenes universitarios), el corto  Gobierno Popular de Juan José Torrez y la Asamblea Popular, el septenio más duro de la dictadura de Bánzer, la histórica y valerosa huelga de hambre de las mujeres mineras de 1978, a la que posteriormente Luis Espinal conjuntamente Domitila Barrios de Chungara se sumó, habiendo llevado a cabo diecinueve  días de huelga que casi le costo la vida (para conocer esta experiencia huelguística cuan importante es conocer el Testamento Espiritual escrito por Lucho, fruto de su reflexiones de la Huelga de Hambre). Su presencia en Bolivia desde la Sede de Gobierno (La Paz) significó un permanente cuestionamiento con la injusticia social, su compromiso con los más pobres. Su labor de comunicador social en Radio FIDES y principalmente en el Semanario “Aquí” que fue su fundador, hizo que el pueblo sintiera un profundo cariño por él, y por el contrario, se ganara detractores que respondían al conservadurismo más reaccionario, incluida la jerarquía eclesial.

Se han escrito, y hablado bastante de Luis Espinal, por ejemplo la emisora radial FIDES que pertenece a la Compañía de Jesús ha trabajado en una película denominada “Lucho San Pueblo”, muchas escuelas y calles llevan su nombre, pero,… el mejor homenaje a Lucho, no es tanto el “efectismo mediático”, sino, materializar sus sueños y esperanzas, apostando con la verdadera construcción de un mundo nuevo, de justicia y paz.

Sin duda la imagen de Lucho, interpela, sobre todo en esta coyuntura histórica de transformaciones sociales, que exige, inicialmente un cambio en la conducta humana, y compromiso desinteresado para construir una Bolivia del “Vivir Bien”, sobre todo  para los sectores más empobrecidos, que han estado eternamente relegados.

El mejor homenaje a Luis Espinal, es empezando a ser los “Hombres Nuevos”, del “Mundo Nuevo” que queremos construir. Ahí se encuentra el detalle.