Por FROY.
Ayer, yo vi y no lo creí, parecía una horda de zombis, pero no, efectivamente era el tumulto de un partido político; con esto se cumple un año calendario de iniciada la pandemia en Bolivia, todavía no estamos libres de esta terrible enfermedad lo peor no ha llegado todavía, tuvimos un año difícil, llegamos a tener grandes privaciones, necesidades humanas, restricciones, ausencias de grandes amigos, familiares de amigos que siguen de luto, otros se dan el lujo de crear aglomeraciones, convocar a las masas ¡¡maldición!! al parecer no aprendimos nada de nada.
El costo de preservar la vida de un contagiado de covid en centros privados se eleva al valor de una casa, un terreno, un apartamento, un auto nuevo; el solo pensar el valor diario de medicamentos, oxígeno, hospitalización, gastos de entubación, exámenes, pruebas de diagnóstico, desgarra los nervios de las familias que todavía tienen recursos para pagarlos, pero ¿Qué de los no tienen los recursos?,¿Y para qué?, tanto esfuerzo económico para despacharlo al otro mundo, que lo lleven embolsado en mil vueltas con destino al lugar del silencio eterno. Si dejamos que pase esto, estamos yendo por mal rumbo, mejor hacer la contra, entonces dejen que reabran las escuelas, los colegios, los niños corran libres en los pasillos entre su alegría y tristeza por el toque del recreo, que los jóvenes vuelvan a las aulas a estudiar en los centros superiores para su formación académica. Permita que reabran los clubes nocturnos, para que pueda ir a celebrar mi onomástico con mariachis a grandes voces, y cientos de lindas mujeres, a mi lado; que quizá, sea el último de mi época.
Cuando fui a votar el gran día, mi mesa estaba cerrada hasta medio día, para enterarme luego que dos jurados electorales habían enfermado días anteriores a las elecciones y uno murió un día antes de la votación. Las vacunas no van solucionar los problemas del mundo, solo es un parche temporal, la verdadera cura somos nosotros, todos como individuos, solo si nos cuidamos y velamos por nuestros hermanos, los vulnerables, los débiles, los desposeídos y carentes del todo, solo así saldremos adelante, jamás un poder político.
El que tenga oídos escuche: “Lo que hagas por ti y tu gente marcara el futuro del mañana, si mi amigo, las privaciones, los recortes, los cuidados, serán para salvar más vidas”; al contrario de lo que está sucediendo en el Brasil que se cuentan por millones los infectados, contando por miles los muertos.
Para terminar de rellenar el pavo, encierran a la primera persona valiente que se preocupó por el País, puso las manos al fuego, trajo la paz y democracia dio la cara para combatir esta pandemia, así es como se paga a una persona que no escapo del territorio, como madre de familia, profesional, ex autoridad, en una trama de venganza por tratarla como una criminal; como dijo mi abuela “las mentiras tienen patas cortas y la verdad saldrá a la luz”, esteremos listos para afrontarla, no seamos títeres ante un discurso viejo que ya me tiene cansado y astiado, el solo pensarlo me da arcadas, la ignorancia está ganando al paredón del cementerio, carencia de oídos para escuchar y ojos para ver, frente a hechos, que no tienen nombre. En este interludio agradezco a los lectores de las cortas palabras, he dicho.