Mucho se ha hablado de las aguas negreas en Tarija, lo que representan, el altísimo riesgo para las personas, que ya son cuestión de salud pública y no que sólo los que padecen son unos cuantos barrios, no es algo que sólo afecta por los malos olores de las lagunas de oxidación… el no haberle dado atención nos esta cobrando una factura muy pesada, probablemente dentro de algunos años recién mediremos las consecuencias.
Casi estamos parados prácticamente en el mismo lugar, no avanzamos, retrocedemos más bien porque el problema crece cada día y nos consume, al crecer la ciudad también crece la angustia en medio de un torbellino sin soluciones y respuestas incoherentes y nada efectivas. De anuncios aplaudidos a inercia frustrante, seguimos mirando aquello que no se mueve pero se alimenta de bacterias, de suciedad, de desechos, aquello que nos enferma. Hasta hoy no creemos que realmente se haya comprendido la urgencia de contar con una planta de tratamiento de aguas residuales ni el por qué se lo debe hacer, no vemos que se den los pasos certeros para atender la demanda. Son sólo palabras que vienen volando, yendo y viniendo desde hace más de una década, por momentos con más intensidad pero sólo palabras. Un gran «pero» esta latente y nadie le quiere ganar tiempo al tiempo mientras lo vamos perdiendo, no hay ninguna campaña de socialización de un proyecto como este, tal vez porque no hay proyecto y en realidad no se necesita para hablar con la gente, porque si le enseñamos y la educamos, entenderá que cualquier zona o distrito podrá servir para instalar la planta y sin temores, desconfianzas y dudas, porque estará debidamente informada, porque se habrá vencido una etapa dura que hasta ahora ha impedido la aceptación de barrios o comunidades.
Hoy estamos trabados en un ovillo al que no se le encuentra la punta, de la planta de San Luis (aunque los vecinos no quieren) a la planta de San Blas, la primera que no tiene siquiera un estudio a diseño final y la otra supuestamente ya terminada pero que no funciona, ¿ quién puede entender?, o más bien… ¿ quién nos puede decir cómo salimos de este embrollo?…está claro que nosotros mismos no podemos, nuestras aguas residuales nos ahogan.