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En la historia del fútbol boliviano llegaron al país cientos de jugadores nacidos en el exterior, pero muchos de ellos se “enamoraron” de esta tierra y echaron raíces, lo que les permitió adquirir la nacionalidad boliviana y, en algunos casos, defender los colores de la Selección Nacional en torneos internacionales.

El arribo de los foráneos a Bolivia tiene como propósito de potenciar a un club para buscar el título nacional y, de esta manera, lograr la clasificación para disputar un torneo internacional.

Hasta hace un par de años, los futbolistas naturalizados ocupaban un espacio de extranjero en el terreno de juego, porque la normativa de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) exigía a los clubes profesionales tener de forma obligatoria a “siete jugadores de origen” en la cancha y el resto de los integrantes era completado por extranjeros y naturalizados.

La idea de la dirigencia de ese entonces “era mantener un espacio amplio en un equipo para el elemento boliviano˝, pero desde 2020 el naturalizado es un boliviano más en el terreno de juego.

Este último aspecto deja posturas encontradas entre los “expertos”, los dirigentes, exjugadores y entrenadores, quienes concluyen que la presencia del extranjero y del naturalizado ahora “obligan al futbolista nacional a ser más competitivo (carácter, técnico, físico y futbolístico)” para buscar la titularidad en un plantel profesional.

Sin embargo, coinciden que varios de los foráneos que llegan al país no dejan enseñanza para los más jóvenes. Pero también están aquellos que se constituyen en un ícono y referente en un plantel, por su calidad de juego, personalidad y sentimiento por esa camiseta que les permite agrandar el sentimiento por sus colores.

También concuerdan en que la dirigencia del fútbol nacional debe planificar mejor y programar campeonatos de largo aliento en las divisiones menores (desde 7 a 18 años) para que los futbolistas tengan la base y ritmo de competencia que les permita acceder con mayor facilidad a la División Profesional.

“El trabajo en las divisiones menores no es el adecuado en el país, con excepción de Santa Cruz que tiene un torneo de 10 a 11 meses al año. Eso deja como resultado el predominio del jugador cruceño en los clubes profesionales”, dijo Franz Taboada, entrenador de fútbol.

También considera que los naturalizados “quitan un espacio al elemento nacional” en la cancha y “limita sus aspiraciones” de buscar una convocatoria a la Selección Nacional.

“Lo que le favorece al naturalizado es que ya tiene varios minutos de juego con relación a un jugador boliviano que busca consagrarse. En el trabajo que realizamos con el profesor Víctor Hugo Antelo, damos más oportunidad y confiamos más en el jugador boliviano”, dijo Taboada.

Por su parte, el Goleador de América, William Ramallo, considera que el jugador boliviano tiene “muchas condiciones”, pero no tiene la oportunidad ni la continuidad de consolidarse en un plantel profesional.

En muchos casos buscan un espacio en clubes con un presupuesto limitado para adquirir ritmo y luego pasan al mercado de los cotizados del país.

“En muchos casos los extranjeros que llegan al país ya están para dejar el fútbol o ir a la segunda división de su país. A las escuelas nos quitan la oportunidad de nutrir a los clubes profesionales”, dijo Ramallo, director de la escuela de fútbol Pelota de Trapo.

Advirtió que ahora algunos bolivianos “carecen de carácter y templanza” en el terreno de juego y se achican frente a un extranjero. “En mis tiempos nos agarramos a puñetes y carajazos con los foráneos para que el técnico nos considere en el equipo titular. Ahora se perdió un poco de esa templanza”, acotó Ramallo.

El extesorero de la FBF y exdirigente de Wilster, Víctor Hugo López, aseguró que se tenía a siete jugadores de origen en la cancha para mantener “un abanico grande de posibilidades para convocar a la Selección Nacional” que fue la prioridad de la dirigencia federativa.

“Desde hace cinco años, el fútbol boliviano está bajando en el ranking de la FIFA, ya no genera expectativa como antes a nivel de Selecciones. La dirigencia actual no tiene la experiencia necesaria para mejorar el fútbol en el país, más aún que ahora tenemos 16 clubes profesionales”, dijo López.

El exdirigente cuestionó si en los últimos cinco años Bolivia tiene “un crack” que destaque a nivel nacional como “Marco Etcheverry, Erwin Sánchez o Julio César Baldivieso, entre otros ejemplos”.

El expresidente de la ex Liga Mauricio Méndez aseguró que la naturalización de los jugadores extranjeros “es constitucional”, y les permite asumir sus derechos y obligaciones en el país como toda persona que nació en Bolivia.

“La única limitación que tiene el naturalizado es ser presidente del país. Por tanto, no se le puede privar de jugar como boliviano en el campeonato”, dijo Patato. El foráneo debe jugar tres años consecutivos en el país para adquirir la naturalización, pero si quiere vestir los colores de la Verde debe vivir cinco años sin interrupción.

“El jugador (boliviano) que tiene condiciones y es bueno llegará a la Selección Nacional, haya o no naturalizados (por la limitación de espacio en un club). Este tema no amerita ningún debate porque se debe cumplir las leyes del país”, culminó Méndez.

Fuente:Opinión