La segunda ola de coronavirus en Reino Unido está resultando más mortífera que la primera.
La explosión de casos y muertes que vive el país lo ha llevado a convertirse en el primer país de Europa que superó la dramática cifra de 100.000 muertes por covid-19 y en uno de los países con la tasa de mortalidad más alta del mundo.
El gobierno del primer ministro Boris Johnson, quien ha dicho que asume la responsabilidad por la tragedia, se encuentra bajo extrema presión de políticos y científicos que cuestionan su gestión de la pandemia.
Al ser preguntado por la BBC sobre los posibles errores en la lucha contra el virus, Johnson dijo: «Realmente hicimos todo lo que pudimos, y lo continuamos haciendo».