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Celebró las fiestas «en petit comité, sólo con la gente más cercana y tras unos meses en los que apenas había pasado por casa». Carlos Sainz (Madrid, 26 años) es hoy, al cien por cien, un piloto de Ferrari. La escudería más legendaria de la Fórmula 1 recibió al madrileño por primera vez a finales de diciembre, después del GP de Abu Dhabi, en una visita de introducción que incluyó reuniones, asiento a medida y planes de futuro. «No tenía espejo, no me pude mirar, pero cuando vi las fotos que se publicaron al día siguiente, que yo no había visto antes, me impresionó bastante», comentó entonces. Debutará al volante de un coche rojo a finales de este mes en Fiorano, en un test privado con el monoplaza de 2018. A partir de marzo, test de pretemporada y primeras carreras del año, con las fechas aún sin aclarar por las circunstancias de la pandemia.

Suena bonito, Sainz y Ferrari, pero el éxito no está garantizado. Maranello debe remontar el vuelo en plena crisis, tuvieron el sexto coche en 2020. Se obligan a regresar al top-3 entre los fabricantes y ocupar regularmente el podio, pero se conocen pocos atajos en el deporte del motor. En una entrevista exclusiva con AS, que es el resultado de dos conversaciones cara a cara mantenidas en las semanas finales de 2020, Sainz asume el reto. Ante su séptima temporada, después de 119 grandes premios y dos podios, confirmado como uno de los grandes de la parrilla actual, lo que sea capaz de lograr en Ferrari definirá su carrera en la élite del automovilismo.

Dijeron sus jefes en McLaren que esperaban menos de usted cuando le ficharon…

—Después de un año difícil con Renault, nadie esperaba mucho de mí. En Toro Rosso había tenido unos primeros años con una progresión muy buena, pero luego hubo uno complicado en Renault, no lo voy a negar. Reencontrarme dentro de un equipo con estabilidad, confianza y proyecto a medio plazo me permitió subir una marcha más en mí mismo, en mi pilotaje, en mi forma de correr en la Fórmula 1. Es posible que eso a Zak (Brown) o Andreas (Seidl) les cogiera por sorpresa, pero yo sabía que lo tenía dentro. Es importante encontrar estabilidad en este deporte y le sucedería a cualquier otro deportista. Asentarse en un equipo, dentro de un mismo círculo de personas, te permite competir mejor.

—Se podía haber quedado fuera de la F1 en 2018, como le ha sucedido a otros pilotos recientemente, y ahora va a Ferrari. ¿Hubo un punto de inflexión?

—Pues no lo sé. No hay ningún momento en especial. La F1, para mí, se basa en la consistencia, no sólo en los mensajes. Es importante enviar mensajes, como dice mi padre, pero también es fundamental estar donde tienes que estar en todas las carreras. McLaren me permitió rendir a un nivel alto todos los domingos, seguro que más alto que el de 2018, y eso te da la consistencia y la confianza en uno mismo y en el equipo que te rodea. Pero no me pasa solo a mí, no hay más que ver ejemplos como Hamilton en Mercedes. El Hamilton de 2013 no tiene nada que ver con el Hamilton de ahora, que lleva siete años en el mismo equipo. Verstappen, en Red Bull, no se parece nada al de su primer año por cómo extrae el potencial del coche. Ni Pérez, del primer Force India a ahora. Conocer el coche, saber dónde están las últimas dos décimas, sólo lo consigues con experiencia. Y Ricciardo, su primer año con Renault no tuvo nada que ver con el segundo. En la F1 se necesita estabilidad.

—¿Por qué Ferrari antes que McLaren?

—Si me hubieses hecho esta pregunta en 2007, cuando los dos equipos luchaban por Mundiales, habría sido más difícil de contestar. Pero ahora, volviendo a marzo de 2020, Ferrari había ganado carreras el año anterior (tres, en 2019). McLaren estaba en progresión ascendente, muy buena, y sigue en una progresión ascendente, pero tratándose de un equipo que gana carreras, hace poles y, sobre todo, que es Ferrari, nadie en el paddock hubiera hecho algo diferente. Con todo mi respeto y admiración hacia McLaren, que es el segundo mejor equipo de la historia, cuando te llama a la puerta Ferrari, más uno que ganaba en 2019, no hay dudas.

Fuente: As