Las lluvias parecen haber llegado, hoy hablar del clima y sus fenómenos es muy difícil, no hay nada seguro, lo cierto es que sólo el tiempo nos dirá si tendremos una larga temporada de lluvias o sólo sea ahora para luego ingresar a un periodo seco en los meses más calientes del año. Parándonos en el lado positivo de la situación, debemos pensar que de hecho es beneficioso para el agro normalmente golpeado por la sequía, habrá que averiguar si el agua llega también a otras provincias y no son sólo precipitaciones capitalinas.
También tenemos que advertir a nuestras autoridades para que se apresuren una serie de acciones, de manera que se garantice la seguridad de las personas. La limpieza de las boca de tormenta y alcantarillas es urgente, su taponamiento ocasiona inundaciones y desgracias para la gente, acostumbramos hacerla siempre a último momento, aprovechemos el aviso que nos están dando para acelerar las labores. Igualmente es preciso proceder a la limpieza de las quebradas que en su intempestiva crecida arrastran todo a su paso, toda la basura y desechos acumulados que en determinados lugares sirven para bloquear el paso del agua y ocasionan el rebalse y posterior invasión de calles y viviendas, las consecuencias en estos casos pueden ser más dramáticas todavía. Ya se ha podido evidenciar a través de las redes sociales que arterias de poco tráfico y de reciente «estreno» muestran deficiencias, se debe verificar qué sucede y cómo superar el problema.
El centro de la ciudad es un tema aparte, pues las amplias y bajas aceras permiten que el agua avance y se formen lagunas que impiden diferenciarlas de la calle, amenazando a los domicilios y negocios próximos. En otras palabras, lo sucedido es una luz amarilla seguida de otra roja, que se nos enciende y permite que actuemos ahora mismo, dejemos el escritorio, botemos la burocracia al basurero y seamos prácticos en las decisiones y acciones próximas, puede que ya no llueva, puede que siga…lo cierto es que se debe hacer.