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Fuente: ABI

La canciller Karen Longaric convocó a Diego Alonso Garcés, el encargado de negocios residente en La Paz, para expresar la «protesta, el disgusto y la preocupación» por los recientes actos injerencistas protagonizados por un funcionario público de su país relativos al proceso electoral de Bolivia.

«Hemos quedado en que asista e lunes, momento en el que le expresaremos verbalmente nuestro disgusto y preocupación a la actitud arbitraria del gobierno argentino. A partir de esa queja veremos cuál es el paso siguiente; quiero tomarlo con calma porque estos son temas mayores que exigen una reflexión de los gobiernos», indicó en el programa En portada.

El subsecretario argentino de Obras Públicas, Edgardo Depetri, dijo el 22 de agosto -tras un encuentro con el expresidente Evo Morales- que se comprometió «a fortalecer la participación de migrantes bolivianos» en las elecciones del 18 del octubre.

«En las declaraciones del Subsecretario no solamente hay injerencia en asuntos internos de otro país, sino que también hay el anuncio de una manipulación de las elecciones bolivianas; están anunciando la comisión de un delito electoral», remarcó Longaric.

En ese marco, el Tribunal Supremo Electoral (TSE), mediante un comunicado, reclamó al gobierno argentino la injerencia por parte de sus autoridades en el proceso electoral boliviano, contrario a las normas y buenas prácticas electorales internacionales.

Asimismo, solicitó al Gobierno argentino evitar cualquier tipo de acciones, actividades o declaraciones que influyan sobre la orientación del voto de los ciudadanos bolivianos.

Durante las fallidas elecciones de 2019, el padrón electoral del exterior representaba el 4.7% de los votantes y 90% de ese grupo estaban concentrados en Argentina, Chile, Brasil y España. El TSE debe presentar el nuevo número de electores en el curso del próximo mes.