Noticias El Periódico Tarija

Casi como una sorpresa que ya no sorpende, los peatones son los que menos interesan en esta ciudad desordenada y caótica. Es verdad que en el fondo somos nosotros los responsables pero para eso existen instituciones y autoridades encargadas de regular su funcionamiento, con todos viviendo en ella.

La ausencia de respeto por el derecho de los demás y la ineficiencia municipal para que suceda todo lo contrario, van desfigurando nuestra capital al punto de hacerla casi insoportable en su día a día.

Obras públicas que invaden aceras para los peatones tanto como lo podría hacer cualquier particular. Calaminas que se convirtieron en paredes temporales para construcciones que arrojan sus escombros a las calles o veredas a sabiendas de que no hay autoridad que sancione esas acciones.

No importa si se trata de una madre con un bebé en brazos o un joven que va presuroso a una cita, puede encontrar una alcantarilla destapada, un andamio que ocupa todo el espacio y crea un estrecho pasillo con motocicletas que se adueñaron de la calle. No solo son los que construyen y aprovechan una fachada “histórica” para detrás levantar un moderno y contradictorio edificio, dejando metros más allá sus desechos en la parte más amplia de la vereda. También está el comerciante que alquila una tienda pero que usa gratis el espacio de los ciudadanos con sus carteles y muñecos vestidos con ropas usadas de otros países.

Mientras no exista autoridad que enseñe, eduque, oriente y sancione si es necesario, el futuro de esta pintoresca ciudad será cada vez más sombrío, sembrando día a día el hacer lo que venga en gana, ensuciando y desordenando todo a su paso. En una dinámica auto destructiva en la que el bien común es lo que menos interesa.