Noticias El Periódico Tarija

POR: LIC. GUSTAVO POSTIGO

Un sueño llamado educación, en tiempos de pandemia. ¿Cómo nos educamos? ¿Será hoy el mejor momento de la educación en nuestro país o en nuestra ciudad? ¿EXITIRÁN LAS CONDICIONES PARA UNA EDUCACIÓN IGUALITARIA, QUE SEA PARA TODOS, GRATUITA Y DE CALIDAD?
“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo” (Nelson Mandela)
La cita anterior nos permite entrar en una reflexión profunda, creer que con educación todo es posible, que permite el desarrollo, crecimiento y evolución, pero en algún punto esto se pierde, se olvida, se deja de lado, por tanto la sociedad pierde valores; con educación podemos construir todo, no tiene límites, el conocimiento es poder. No son paradigmas demagógicos, es la realidad, puesto que toda persona que incursione en el mundo de la formación educativa, apunta a sueños, metas, logros, pero evidentemente esto debe estar integrado holísticamente a diferentes elementos, como la axiología, ética, moral, malla curricular, contenidos, competencias e investigación y una sociedad decidida a ser el modelo de crecimiento.
Para ubicarnos en nuestro contexto, primero señalar lo siguiente:
Toda persona tiene derecho a recibir educación en todos los niveles de manera universal, productiva, gratuita, integral e intercultural, sin discriminación; la educación constituye una función suprema y primera responsabilidad financiera del Estado; y garantiza la participación social y comunitaria de madres y padres de familia en el sistema educativo. (Ley N° 070. Ley de la Educación “Avelino Siñani – Elizardo Pérez” Estado Plurinacional de Bolivia)
Es la actual Ley de Educación de nuestro país, en donde inicia estableciendo el derecho fundamental y supremo de toda persona.
Ahora bien, en la actualidad, tanto Bolivia como todo el mundo se encuentra en una etapa crítica a raíz de la pandemia, la COVID – 19.
Se confirmó que el virus se había extendido a Bolivia cuando se informaron los primeros dos casos el 10 de marzo de 2020, desde ahí hasta la fecha tenemos más de 69 mil casos, en todo nuestro territorio, además que durante estos más de cuatro meses, se tuvieron medidas asumidas desde el gobierno central y los gobiernos departamentales en relación al cuidado de la salud de la población, como la cuarentena rígida, cuarentena de riesgo alto, cuarentena flexible, y en cada departamento se dio en distintos momentos los encapsulamientos, con los diferentes actores que contribuyeron a estas medidas, desde la sociedad, policía nacional, militares, medios de comunicación, el valioso personal de salud, entre otros.
Esta Pandemia, puntualmente en nuestro país se ha cobrado una cantidad considerable de vidas pero por el contraste la luz de esperanza por aquellos recuperados nos da un poco de aire para poder enfrentar el difícil momento.
En esta coyuntura se ubica nuestra educación nacional, que por su parte ha seguido sus propios desafíos, como la promulgación del decreto 4260 el 06/06/2020, por parte del Ministro de Educación Víctor Hugo Cárdenas, en el que se expone la legalidad de las nuevas modalidades de educación en nuestro país, como es la Educación presencial, semi presencial, a distancia y virtual.
A partir de aquí, lo que viene es el gran desafío, por un lado el sector de estudiantes y padre de familia, por otro lado el rol docente.
Educarnos en este momento se convierte en todo un reto, porque implica tener acceso al conocimiento, nuestro proceso de enseñanza aprendizaje, tiene por excelencia el componente dialéctico de docente – estudiante, que es fundamento principal del desarrollo pedagógico, vivenciado o llevado a cabo en todos los subsistemas de nuestro país.
Este elemento se fractura una vez que se cierran las unidades educativas, ceas, cethas, institutos tecnológicos, universidades, todo centro de formación educativa, como medida de cuidado de nuestros niños y jóvenes.
Por lo tanto educarnos, va significar un sacrificio extremos de los padres de familia, de los jóvenes y de docentes e instituciones educativas que tendrán que poner de su parte para seguir un proceso de formación y autoformación con el acompañamiento de alguna de las modalidades educativas.
En este momento se trata de buscar todos los medios posibles por mantener un contacto con la formación, con el conocimiento, hacer investigación o innovar, lo que nos lleva a la aplicación de la modalidad virtual, misma que tiene varias limitaciones, como la accesibilidad, los equipos, la conexión, entre otros.
Se resaltan ejemplos muy notables de educadores que asumieron el sacrificio por vocación y amor a su profesión, aquellos valientes que decidieron caminar y recorrer kilómetros para llegar con sus estudiantes y brindarles el apoyo pedagógico, exponiéndose a pesar de tener consigo el mayor cuidado de bioseguridad posible.
Pero ahora el número de contagios ha crecido de una manera preponderante, y los casos ya no son sólo comunitarios, ya los ubicamos en las mismas familias, en nuestros hogares, en estos momentos se requiere el mayor de los cuidados posibles, para velar por la salud de quienes nos rodean, el hermano, la mamá, los abuelos, los vecinos, etc.
Entonces la actualidad de la educación atraviesa el momento más crítico, pero están abiertas las posibilidades, de buscar toda iniciativa posible que permita hacer este sueño de la educación una realidad, y para esto se requiere de los actores en esencia, que sean quienes tomen la determinación concreta, de asumir el rol que les toca, es decir docentes, estudiantes, padres de familia, autoridades en general, instituciones comprometidas en hacer todo el esfuerzo que nuestra educación necesita. Un camino que nos lleve a todos por igual, en esta etapa de la educación nacional.
Para aspirar a una educación igualitaria, que llegue a todos, sin discriminar a nadie, tanto en la ciudad como en el campo, que sea gratuita y de calidad, el esfuerzo debe ser colectivo, y de mayor responsabilidad para nuestras autoridades.
El abordaje en las plataformas virtuales es una manera de educación, pero no puede ser la única modalidad, ya que, se convierte en una sobre saturación de información al estudiante, dejando de lado la investigación o la misma innovación y creatividad en la formación pedagógica, el proceso de enseñanza requiere de práctica, de la implementación del método científico, y pues para esto se deberá trabajar con la combinación de modalidades, teniendo en cuenta los elementos de cuidado en nuestra salud, por esta razón es que el trabajo se hace colectivo, porque se requiere el acceso al internet, y que este no genere el costo excesivo a las economías de las familias, se requiere de los equipos adecuados, que cada niño o joven tenga una computadora o un teléfono móvil o una tableta, la premura de esto es fundamental si es que se quiere lograr las metas educativas en esta gestión.
En un estudio de la ONU, indica que el confinamiento ha colocado a los padres en una situación de estrés para combinar el cuidado de los hijos y su empleo, una ecuación en la que las mujeres llevan una carga desproporcionada, dedicando tres veces más tiempo que los hombres a los cuidados y el trabajo del hogar.
Efectivamente en nuestro país la realidad es la misma en el ámbito educativo y familiar, esto además que nuestro medio tiene el componente del campo, en comunidades alejadas de la ciudad a quienes no les llega el acceso a internet o a otros servicios básicos, y esto se convierte en una enorme limitación que requiere de pronta atención.
Pretender la calidad educativa es posible, y aquí el escenario es fundamentalmente para el docente y el estudiante, quienes son los principales responsables, se requiere de todo el apoyo posible es cierto, pero un buen docente es el ejemplo y modelo de un buen estudiante, desde esa premisa corresponde también a los docentes autosuperarse, autoformarse, y estar en constante investigación, permitiendo así que los jóvenes se apasionen por enfrentar problemas científicos, que asuman los retos del contexto y los desafíos que vienen por delante.
No se puede pensar en reabrir las instituciones educativas, por el momento y dadas las condiciones de los diferentes lugares de nuestro país, en especial de nuestro departamento, los casos por municipio crecen a diario, esto generaría un riesgo total, al exponer a niños y jóvenes en las mismas calles y más aún en los centros educativos.
“Tenemos que mirar esto con cuidado, en cualquier país o contexto, y tenemos que tomar decisiones que están basadas en el mejor interés de nuestros niños o jóvenes, sea educativo o de salud, y esto debe estar basado en los datos, en entender los riesgos, en el contexto que estén las escuelas o centros educativos, cuál es la transmisión comunitaria y cuáles son los riesgos” Michael Ryan (OMS)
Para concluir, enfatizo en que si se pretende reabrir las instituciones educativas, las autoridades en cada región, provincia, ciudad, deben analizar el panorama clínico, y determinar si realmente se ha podido controlar o suprimir el virus, de no ser así, quienes pagarían el riesgo serían los jóvenes y niños.
Se puede trabajar en la educación, y coordinar las actividades asumiendo las modalidades ahora vigentes en nuestro país, pero se tiene que velar por el mayor cuidado posible de las vidas de quienes son los actores directos de la educación.
¿Cómo nos acercamos a hacer realidad el sueño llamado educación, en estos tiempos de Pandemia?