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Los barbijos están de moda, tanto así que su uso masivo ha generado una escasez en el mercado nacional. De hecho, las grandes cadenas de farmacias limitan su venta a no más de cinco unidades por cliente. Y es que en estos tiempos de lucha contra el COVID-19, estas mascarillas se han convertido en artículos de primera necesidad para la población.

Hoy, gracias al apoyo de Shell Bolivia, 22 mujeres costureras de la comunidad rural de San Diego Sud, departamento de Tarija, tienen la oportunidad de emprender y confeccionar barbijos; los mismos que son elaborados con materiales aprobados por el Servicio Departamental de Salud (SEDES) y que en una primera entrega pueden servir de protección a 1.500 personas.

De hecho, la calidad de los barbijos cumple con los estándares que exigen compañías como Shell Bolivia, por lo que la empresa fue la primera en adquirir un lote de 200 unidades para equipar a su personal de trabajo en Santa Cruz y La Paz.

San Diego Sud es una comunidad en cuyo predio se encuentra el pozo exploratorio Jaguar-X6, operado por Shell Bolivia. Allí, en 2019, la empresa impulsó el desarrollo de un taller de costura con clases teóricas y prácticas dirigido a mujeres. Con el apoyo de Fautapo, Shell Bolivia entregó tanto máquinas de coser como insumos y otros equipamientos con los cuales las 22 mujeres fueron capacitadas durante tres meses en el arte de la costura.

Una vez declarada la emergencia nacional por el COVID-19, el equipo de costureras recibió tela suficiente para 1.500 barbijos, además de un nuevo ciclo de instrucción, a través de videos, para aprender a confeccionarlos. De esta manera, la confección de mascarillas representa una nueva alternativa de ingresos monetarios para las familias de la comunidad, mediante la comercialización a los habitantes del lugar y, sobre todo, a centros de salud como el hospital de Entre Ríos, que ya expresó su interés de hacer una orden no sólo de barbijos, sino también de batas para su personal médico.

“Estamos comprometidos con el desarrollo de Bolivia y de su gente. Para eso trabajamos invirtiendo a riesgo propio en la exploración de hidrocarburos y, paralelamente, en la medida de nuestras posibilidades, aportamos en el desarrollo de proyectos sociales como este, que buscan dar sostenibilidad a la economía de las familias de nuestra zona de influencia”, expresó Rik Sneep, Gerente General de Shell Bolivia.

Por otra parte, a fin de apoyar a los centros de salud en su preparación y capacidad de resiliencia ante eventuales brotes del virus, Shell Bolivia efectuó donaciones en especie a los principales hospitales públicos de las tres localidades más cercanas a sus operaciones: Huacareta, Entre Ríos y Villamontes.

De esta manera, con base en una lista de requerimientos urgentes, la empresa efectuó la entrega de insumos médicos por un valor de 10.000 dólares para cada centro de salud. Los tres centros que recibieron los donativos fueron el Hospital San Pablo de Huacareta, el Hospital San Juan de Dios de Entre Ríos y el Hospital de Villamontes.

De igual forma, para ampliar el alcance de la ayuda, un porcentaje de los insumos entregados a cada hospital fue destinado a las postas sanitarias de la localidad San Diego Sud, comunidad donde Shell opera el pozo exploratorio Jaguar X6, y la posta sanitaria de la localidad de Ñacamiri, cercana al sitio donde Shell efectúa obras civiles para otro posible pozo exploratorio (Yapucaiti-X1).

En el caso de la donación para el Hospital de Villa Montes, la ayuda obedece a que la empresa aún cuenta con algunas instalaciones en la región.

“En todos los casos, nuestro propósito es ayudar a que los centros de salud de nuestra zona de influencia fortalezcan su capacidad de respuesta ante esta situación de emergencia, porque la preparación previa robustece aún más la resiliencia”, puntualizó el gerente general de Shell Bolivia. “En estos momentos la prioridad es cuidar y salvar las vidas humanas.”