Noticias El Periódico Tarija

Daniela Rodríguez /Bolinfo /Tarija. 

(elPeriódico-Marzo-21-2020)

El coronavirus desenmascaró todas las argucias que tiene el capitalismo en todo sistema económico, de valores y éticos, este virus hizo que se muestre ante muchos todas sus contradicciones, este “darse cuenta”, no es gratuito y lo visibiliza una clase media baja, que hace ver que se siente desprotegida, al preguntarse, con las medidas dictadas desde la sede de gobierno,  “¿y los que no tienen casa?, ¿y los que no tienen un sueldo o ingreso mensual?, ¿los que tienen deudas y  pagan un alquiler?”, plantea Elena Peña, activista y parte de “Tejido de Cultura Viva Comunitaria de Tarija”.

Hizo un análisis sobre las medidas que se toman por una pandemia mundial, señalando que se sienten en los sectores más precarizados, que es el que vive esta situación en carne propia desde siempre, en ese sentido, hace énfasis en que el coronavirus está despertando una conciencia de clase, apunta a que se desata un escándalo por el coronavirus, sin embargo asegura que 75 mil personas mueren cada día de hambre y que la “vacuna simple es alimento”, hace notar que se produce mucha más comida de la que se consume, pero “se la come el sistema” y no es que falte alimento, sino que la comida no está pensada para los humanos, a lo que le llama neoliberalismo.

Por otro lado resalta que existe otra línea, la de utilizar esta pandemia para profundizar las inequidades y para desmovilizar a la población, ya que las medidas de cuarentena salen justo en el instante, en el que en muchos lugares del mundo se estaban efectivizando movilizaciones masivas contra el sistema neoliberal, contra las formas de administración y contra el Estado como figura, fundamentalmente opresora y reproductor de un sistema al que no le interesa la humanidad, desmovilizan sin disparar una sola bala, sacando a las Fuerzas Armadas y a la Policía a las calles bajo la bandera, de que están cuidando la integridad de los ciudadanos.

Como otro punto, Peña, remarca el contexto inmediato, en el que se utiliza la pandemia como una doctrina del shock, ante la cual la población solo reacciona sin criticar las medidas y se piensa en un corto plazo en cuanto al virus pero no se analiza hasta qué punto las medidas van a socavar los pocos niveles de redistribución social que se había conquistado estos años.

Explica que la doctrina del shock, funciona en el sentido de generar un clima de miedo acrítico, de miedo y reacción, direccionándolo de manera equivocada, volcando las reacciones, no al sistema que hizo que se llegue a este punto, sino al pobre, animalizar y demonizar al pobre como el culpable de la propagación de un virus, culpan al pobre que por no estar dentro de su casa, que no acata la cuarentena, el pobre que no es capaz, por ignorante, de dejar de salir a la calle a vender sus cosas para sobrevivir, dejando de hacer un control social a otros, y se bloquea a la población en la solidaridad.

Por su parte el ex dirigente del Movimiento al Socialismo (MAS), Nelson Aguilar, plantea que se está viviendo una “geopolítica del egoísmo”, en la que se pretende desestabilizar para luego reorganizar todo en torno a un nuevo orden mundial.

Aguilar, recordó que el año 2012, el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se encontraba a la cabeza de Cristina Lagart, pidió bajar las pensiones por el riesgo a que las personas “vivan más”, lo que significaba que se recorten las prestaciones y se postergue la edad de jubilación, ante el riesgo de que la gente viva más de lo esperado, lo que generaba un impacto financiero y asegura que esto se ratificó el 16 de marzo de este año, en el que Lagarte insiste en que la longevidad es un problema y repercuten en las bolsas mundiales, lo que cobra significado ahora, cuando un virus se lleva la vida de personas, en su mayoría, de la tercera edad.(eP)