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Al parecer todo se encamina para definir la dupla de David Choquehuanca y Andrónico Rodriguez como los candidatos del Movimiento al Socialismo (MAS), el primero de raíces indígenas y el segundo campesinas. Choquehuanca fue un hombre muy cercano a Evo Morales, fue su canciller, aunque en el último tiempo no salía en muchas fotos. Rodriguez desde hace bastante es mencionado como el sucesor de Evo, dirigente del sector cocalero del Chapare, casi repite los mismos orígenes de Morales, ligado a una realidad sindicalista.

Mientras la oposición al MAS no se entiende respecto a proyectos de unidad, este partido va reordenándose, reestructurándose y peleando por conservar su espacio. Sin duda después de un duro golpe que al parecer lo encontró en su peor momento, ya que no tuvo siquiera capacidad de reacción, tal vez los casi 14 años en el poder entumecieron sus estructuras. Sin duda que el MAS es otro sin Evo pero muchos hablan de que se lo está subestimando.

Las demás opciones pasan por los ex presidentes Carlos Mesa y Jorge Quiroga, el ex cívico cruceño Luis Fernando Camacho y suena hasta el nombre de la actual presidente Jeanine Áñez, aunque ella se ha encargado de desmentir estas especulaciones. Todavía queda en veremos lo que haga Samuel Doria Medina y otros que podrían aparecer en escena a último momento. Es evidente que mientras más candidatos hayan, las opciones del MAS aumentan, poniendo en riesgo lo conseguido en noviembre pasado pero es evidente que las diferencias no serán tan marcadas, lo que abre la posibilidad de que en una segunda vuelta electoral, el partido azul pierda claramente. También hay quienes anticipan que no solo consiste en que el MAS no gane la elección sino que no tenga la presencia suficiente en el legislativo como para complicar y trabar al próximo gobierno. Tampoco es muy buena referencia ni deja buena imagen, en especial para la generación Evo, el evidenciar que ni bien se abrieron las puertas hacia las elecciones sin el líder cocalero, como que todos quieren ser candidatos y cada quien lucha por lo suyo, muy a nuestro estilo y reflotando nuestro típico pasado que solo cuidaba los intereses partidistas, de grupo, sectarios y ni por asomo los de BolivIa.