Noticias El Periódico Tarija

REDACCION CENTRAL/BOLINFO/TARIJA
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Aparecieron de repente, se ubicaron en los semáforos, pidiendo ayuda, con niños en brazos, hombres y mujeres, grandes y chicos, contando historias de desesperanza y melancolía.
Comenzaron a vender dulces, a limpiar parabrisas, a ofrecer los devaluados billetes de su país. Cuentan que abandonaron Venezuela y de la pobreza imperante, de un gobierno cuestionado y de una crisis económica galopante, salieron buscando otros cielos y nuevas oportunidades, familias enteras se jugaron la vida apostando por algo que su país no les podía dar.
Están por todos lados y se encargan de dejar en claro su procedencia, se asientan en las aceras, allí comen, descansan, ofrecen lo que sea, lo que puedan vender, algunos van con su equipaje a rastras, cargando sus esperanzas como única salida para cuando la vida decida darles otra oportunidad.
Andan en parejas pero los que más sufren esta vida de sin techo, son los niños, los pequeños, que seguramente recordarán que tenían el cielo por techo, las veredas por patio y toda la ciudad por hogar.