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(elPeriódico-noviembre 29/2019) Se basa en el compromiso dentro un grupo, por el que los miembros realizan aportaciones económicas para ser usadas por turnos, normalmente por sorteo o por una necesidad de alguno de los miembros. La operación se repetirá tantas veces como miembros tenga el grupo.
Algunos indican que “pasanaku”, parece ser la unión de las palabras “pasar” del español y “naku”, sufijo quechua que expresa acción, aunque no existen referencias etimológicas que lo confirmen.
Este sistema de ahorro es practicado entre grupos de personas de confianza que buscan ahorrar de manera colectiva. El sistema supone el aporte periódico de cada miembro de una agrupación y el sorteo de turnos, para recibir el monto total del grupo por cada periodo. La práctica base supone que cada participante recibe el total de la suma aportada en el total del periodo en diferentes etapas del juego.
La práctica se realiza con sumas de diferentes escalas, y si bien inicialmente fue un método de ahorro popular con montos pequeños y medianos, es realizado en todos los estratos sociales como en las diferentes ciudades del país.
El aporte puede ser diario, semanal, quincenal o mensual, suma que les será devuelta por turnos, también en forma periódica pero respetando un orden que se define mediante sorteo. El monto del “pasanaku” en juego depende de la capacidad financiera de los contribuyentes.
Existen pequeñas variaciones del sistema que incluyen un aporte extra que se paga a una de las personas que se designa como encargada de recibir el monto total, multas por demora en el pago o por inasistencia.
Al tratarse de una práctica basada en la confianza, suele estar reservada a grupos familiares, de amigos o compañeros de trabajo, para garantizar el cumplimiento de los pagos de cada participante y la recepción del monto acumulado a cada quien en cada turno asignado.
En la actualidad, se ha relacionado la práctica con eventos sociales y reuniones de esparcimiento que complementan la actividad, manteniendo la relación de los participantes.
En ese caso concreto, el grupo denominado “Las Bellezas” fue creado hace tres años, juegan catorce personas y en cada reunión, siempre en casa de alguien, cada una aporta 50 dólares.
Cuando se reúnen, practican juegos de mesa o cantan karaoke, en otras ocasiones y dependiendo de la organizadora la reunión es efectuada en algún restaurante.
«La cena tiene que ser novedosa y diferente, cada anfitriona se esfuerza para que la reunión sea única”.
Alejandra Bass Wernner, una joven arquitecta, que participa en el ya mencionado grupo de «pasanaku», considera que el sistema tiene un carácter eminentemente femenino en la sociedad boliviana «patriarcal».
«Las mamás y las abuelas siempre han encontrado formas de ahorrar y mantener formas de ingreso. Esta es una forma de mantener los vínculos entre mujeres», explicó la profesional.
Alejandra, que juega sumas de entre quince y cuarenta dólares con dos grupos de amigas del colegio, también con compañeros de la universidad y con colegas de su empresa, destaca la importancia lúdica que tienen los encuentros de esta forma de financiación. Son citas a las que sus amigas han asistido disfrazadas de pitufos, superhéroes o varones, todo con el pretexto de un nuevo encuentro, en que el «pasanaku» para conseguir fondos parece secundario.
«A veces, ya no es tan importante el dinero, lo importante es la interacción que se hace del grupo, y esta suerte de permanencia en el tiempo», indica.
El principio del «pasanaku» -dar para recibir en el futuro- es similar al «ayni» aimara, que permite a los miembros de una comunidad indígena trabajar para los demás.
«Muchas instituciones tienen raíces vinculadas con nuestro pasado andino. Uno de los valores esenciales que caracteriza a las sociedades andinas es el sentido de la reciprocidad», argumentó.
Sara Flores quien también participa, de este juego con el grupo Las Bellezas, manifestó que al culminar, con el juego se realiza un cierre con todo el dinero que se recaudó de las multas por inasistencia o demora.
“Se junta un buen monto y con eso cerramos el ciclo, en el que hacemos un almuerzo donde se premia a la más impuntual, a la más puntual y cada año aumentamos categorías, luego de esa última reunión descansamos uno o dos meses. Tenemos normas a cumplir en el grupo y las que participan cumplen con las mismas”, declaró.
La profesora Miriam Cristina García, juega “pasanaku” con un grupo de colegas hace más de 10 años, recibe Bs 5.000, después de haber entregado Bs 500 durante 10 meses. Asegura que en todo este tiempo nunca falló un solo jugador, porque es un compromiso serio que cumplen al pie de la letra.
“Ese dinero podría utilizarse en otra cosa, pero como adquirimos un compromiso, es una forma de ahorro forzosa para tener capital”, expresa.
Opta por el “pasanaku” porque no le agrada hacer filas y quiere tener el dinero a la mano para las emergencias, enfermedades, o arreglos de la casa. “El que no arriesga no gana, anímense a jugar buscando gente responsable”, aconsejó.
A pesar de la polémica que gira en torno a este tema, lo cierto es que este juego, se ha posesionado en todas las esferas sociales bolivianas y representa una gran ayuda para satisfacer a corto, mediano o largo plazo las pequeñas o grandes necesidades económicas de miles de familias.
Los aportes económicos pueden partir desde un boliviano -incluso juegan niños-, hasta más de 500 dólares entre empresarios o grandes comerciantes.
Este juego se ha exportado al Perú, algunos sectores de Argentina, Brasil, Chile y Colombia. (eP).
Nota de Apoyo
El pasanaku también se usó como método de estafa
El coronel Jhonny Aguilera, director de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen (FELCC), indicó que una mujer operaba en uno de esos juegos y recibió montos desde Bs 3 mil hasta Bs 85 mil de sus víctimas, a quienes no entregó el dinero como correspondía.
“Esta señora ha sonsacado por lo menos a 11 personas, cifras que van de Bs 3.000, Bs 4.000, Bs 50.000 y Bs 85.000, por tanto no hemos podido cuantificar hasta el momento la cantidad de víctimas de las que ha ido recibiendo dinero de manera semanal”, indicó el jefe policial.
Aclaró que de por sí el “pasanaku” ya es una práctica delictiva, de acuerdo a la norma de servicios financieros.
El coronel explicó que la detenida se dedica a la venta de perfumes en el mercado de coca de Fátima, y que aprovechó de esa situación para captar víctimas.
Como prueba del delito, la Policía recolectó cuadernos y tarjetas de la comerciante donde están los sellos con que se acredita la entrega de dinero.
Críticos aducen que no hay ninguna garantía legal de respaldo que haga cumplir el compromiso, porque en cualquier momento, el jugador que recibió la plata, por alguna situación puede irse a otro lugar sin haber terminado de pagar su deuda o puede haber una estafa planificada de por medio.
También dicen que el “pasanaku” se desarrolla sin una verdadera disciplina financiera, pues los participantes no ahorran voluntariamente, sino por la presión del grupo.

Los Datos
El juego del “pasanaku” es una de las mejores invenciones bolivianas que permite ahorrar dinero de una forma práctica, sin la intervención de una entidad financiera, carece de compromisos escritos y solo se basa en un convenio verbal como la confianza mutua.
El Apunte
Otras modalidades
Este sistema de ahorro no solo se juega con dinero en efectivo, también es realizado con abarrotes, enseres para el hogar u otros productos que se acuerda generalmente entre amas de casa, que son las que más enfrentan las carencias que hay en el hogar, debido a los bajos ingresos salariales.