
FUENTE: CULTURA COLECTIVA
Si aún levantándote diario para ir al gym y haciendo dieta tu abdomen sigue igual, alguna de estas podría ser la verdadera razón por la que no ves resultados.
Sabes que tuviste una buena sesión de ejercicio cuando ves a tu amiga a la que siempre le pasan anécdotas dignas de un stand up y carcajearte con ella te duele tanto como si Rocky hubiera agarrado tu abdomen como costal de box. Como dicen, “no pain, no gain” y es que nada se compara con la satisfacción de ver (o sentir) los resultados de tu esfuerzo y disciplina.
Sin
embargo, a veces no importa si todos los días te levantas a las seis de
la mañana para ir al gimnasio o si resistes el antojo de un chocolatito
después de la comida, esa inflamación del abdomen bajo puede hacer que
parezca que no tenemos progreso. Para que detectes el origen de esa
incómoda barriguita, te dejamos 10 razones que podrían estarse
interponiendo entre tú y tu meta de un abdomen criminal:
1. Intentas eliminar todas las grasas de tu alimentación
Cuando
tenemos ganas de cuidar nuestra figura generalmente intentamos eliminar
las grasas de nuestra dieta, muchas veces sustituyéndolas por
carbohidratos como cereales y harinas, pero esto no es benéfico para
nuestro abdomen.

Nuestra recomendación: reduce tu consumo de grasas saturadas e ingiere alimentos con ‘grasas buenas’, como aguacate.
2. Comes demasiado en la calle
Ésta
puede ser una de las razones principales por las que no se logra
desinflamar tu abdomen. Muchas veces el problema no es solamente lo que
comes sino cómo lo comes. Por ejemplo, puedes llevar una dieta súper
verde pero si tus ensaladas no son preparadas con la suficiente higiene
entonces prepárate para que te pique la colita. No es por alarmarte, pero en México siete de cada diez personas tienen parásitos.

Nuestra recomendación: trata de preparar tus alimentos en casa y si los compras fuera, asegúrate de que sea en un lugar con procesos limpios.
3. Tienes una deficiencia de magnesio
El magnesio es importante para la producción y manejo de insulina y por ende la regulación de la glucosa, algo importante en el control de peso.

Nuestra recomendación: incluye de forma regular alimentos como plátanos, espinaca, alcachofa, frijoles y salmón en tu dieta.
4. Ingieres lácteos a diario
No te juzgamos, los lácteos son unos de los alimentos más deliciosos jamás elaborados y claro, dejarlos es un verdadero reto. Si lo piensas, una vida sin quesos parece una verdadera tortura, pero estos pueden ser la razón de tu inflamación.

Nuestra recomendación: consúmelos con moderación. Intenta no comerlos diario y si quieres desinflamarte, deja pasar tres semanas (o al menos intenta) sin nada de lácteos en tu vida.
5. No desinfectas correctamente tus alimentos
Aún
comiendo en casa, si no tienes los cuidados correctos corres el riesgo
de ingerir alimentos que te provoquen gases, diarrea y por supuesto,
inflamación, todos síntomas de infección gastrointestinal causada por
parásitos.

Nuestra recomendación: asegúrate de limpiar y desinfectar tus productos antes de cocinarlos y también de lavar tus manos constantemente.
6. Consumes alimentos procesados
Por prácticos que sean, este tipo de alimentos suelen contener altos niveles de grasas saturadas y azúcares, de los peores enemigos para el abdomen.

Nuestra recomendación: opta siempre por consumir productos frescos.
7. Convives demasiado con tu mascota
Tener una mascota es la fórmula de la felicidad, sin embargo, si estás constantemente en contacto con ella es muy probable que compartan más que cariño, los virus y bacterias se contagian muy fácilmente.
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Nuestra
recomendación: Es necesario que tanto ella como todos los miembros del
hogar se desparasiten dos veces al año y que mantengan altos estándares
de higiene para su convivencia tal como lo recomienda la Organización
Mundial de la Salud.
8. Te estás ejercitando erróneamente
Existen
dos probabilidades, que tu rutina esté elevando los niveles de cortisol
estancando tu proceso o que tu abdomen se haya acostumbrado a la rutina
de siempre y ya no se noten los resultados.

Nuestra
recomendación: opta por ejercicios que vayan de intensidad alta a baja.
No te enganches realizando largas rutinas que sean monótonas, pequeños
intervalos de ejercicios pero de alta intensidad tendrán mejores
resultados.
9. No estás descansando lo suficiente
No dormir lo suficiente aumenta el nivel de hormonas de cortisol (estrés) y esto tiene un impacto en tu abdomen y cintura, además, aumenta los antojos y apetito. Y, no es por asustarte, pero el cansancio puede ser una señal de parásitos en tu organismo.

Nuestra
recomendación: realiza alguna actividad física que te ayude a relajarte
y recurre a otra que despeje tu mente, como la meditación.
10. Tienes que desparasitarte
Si además de esa pancita tienes gases, diarrea, inflamación y siempre te sientes cansado, es probable que tengas parásitos, así que deja de alimentarlos y mejor haz algo para sacarlos de tu sistema.
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Si tú también te has quedado frente al espejo con el cuerpo adolorido mientras admiras los resultados de tu esfuerzo hasta que dejas de contener la respiración y ves reaparecer esa barriguita, no te desanimes. Guíate con esta lista de razones por las que aún no has logrado tu meta e identifica qué es lo que no te deja desinflamarte.