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SHIRLEY ESCALANTE/BOLINFO/TARIJA

(elPeriódico-junio 20/2019) Pablo (nombre ficticio) es una persona de 47 años, que a los 32 quedó inválido, su esposa le dejó después de un matrimonio de casi 10 años y tuvo que buscar los medios para subsistir, ya que fue hijo único. No tiene hijos y los pocos familiares que lo frecuentaban se alejaron de a poco.

Él trabaja en la Alcaldía, desempeña tareas de control vehicular, es decir, que evita que los conductores estacionen sus automóviles o motocicletas en lugares no autorizados.

Si bien cuenta con una fuente laboral estable y con todos los beneficios de acuerdo a ley, tiene una serie de dificultades a la hora de desplazarse por diferentes zonas, debido a que no todas las calles cuentan con rampas de acceso para su silla de ruedas.
Algunas arterias son estrechas no están bien niveladas y por si fuera poco, las raíces de los árboles están expuestas, es decir, no hay las condiciones de tránsito.

«Para mí es difícil circular por la calle, para empezar no contamos con accesos a las aceras, si estoy de suerte me chocaré con un conductor amable que me ceda el paso, pero en caso de que no sea así, debo soportar los bocinazos o los gritos», dijo Pablo.

Esta es una de las realidades que encontramos a diario y no solo se trata de personas en silla de ruedas, sino también de aquellos que caminan utilizando muletas o no videntes, quienes necesitan la ayuda de una tercera persona para movilizarse.

Sin condiciones
El Servicio Departamental de Salud (Sedes), confirmó que no existen las mínimas condiciones para que las personas con alguna discapacidad puedan movilizarse en la ciudad, debido a que se cuenta con infraestructuras antiguas.
En los nuevos edificios, pueden encontrarse modificaciones como ser rampas de acceso desde la calle hasta el interior e incluso ascensores, tal es el ejemplo del Mercado Central.

El director del Sedes, Paúl Castellanos Zamora, puntualizó que existen lugares en los que están implementando las rampas para las personas con discapacidad, pero aún no están aplicando como se debería.

«Recién estamos empezando a tomar conciencia que debemos generar los espacios respectivos, porque debemos ser considerados en todos los aspectos, tomando en cuenta que en los nuevos edificios que se vayan construyendo, deben tener todas las condiciones para ellos», explicó el director del Sedes.

Para el médico es necesario que la ciudad se vaya transformando de a poco, pero entiende que este es un procedimiento que aún tomará su tiempo, ya que su instancia, al ver todos estos aspectos, decidió implementar una rampa para que las personas con discapacidad puedan ingresar a la institución cómodamente.

«Se les debe asignar un espacio, por ejemplo, a la hora de subir a un radio móvil tienen que tener espacios para que puedan estacionar, ya que una persona con silla de ruedas difícilmente cuenta con la misma agilidad de alguien que tiene todas las condiciones físicas”, acotó.
En otros países los baños son adecuados, los ascensores, e incluso son creados espacios para que estacionen los vehículos particulares y del servicio público, “hasta en los micros ellos tienen un lugar», puntualizó.

Sedeges

La directora del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges), Mery Polo Areco, dijo que la arquitectura de la ciudad no está adaptada a la necesidad de todos los sectores.

«Las mismas calles, los lugares públicos donde se observa que no siempre se puede ingresar, esto es elemental para que las personas con discapacidad puedan transitar de manera libre y qué podemos decir de los sanitarios, los mismos no tienen los elementos que implica y necesitan», analizó la funcionaria.

La Unidad de Discapacidad es otra institución que coincide con el Sedeges, sus funcionarios afirman que existen mejoras realizadas, pero la infraestructura no va de acuerdo a las necesidades que tienen las personas de este sector.

Es común que vehículos sigan estacionando frente a las ramplas para sillas de ruedas, es normal que antes de ellas, coloquen otros elementos dificultando su buen uso.
Es cotidiano que quienes no las necesitan las utilicen, es parte de la realidad que se les den un uso diferente para el que fueron pensadas, es decir, se cae en una serie de conductas que muestran el desapego a la inclusión, que reflejan la falta de respeto de la ciudadanía con este sector.

En el caso de las personas con capacidades diferentes y en particular de quienes tienen problemas de locomoción, las plazas, las calles, las veredas, los edificios, las oficinas no están preparadas. (eP).

Apunte
Personas con discapacidad
Según datos oficiales en el departamento de Tarija, existen en total 7.500 personas que padecen algún grado de discapacidad, desde leve a grave. Si bien cuentan con un marco legal extenso que los respalda para acceder a distintos proyectos y planes asistenciales, estos no se cumplen como el sector ni siquiera por las instituciones públicas.
En cumplimiento al Decreto Supremo Nº 27837 de fecha 14 de noviembre de 2004, se estableció en Bolivia como Día Nacional de las Personas con Discapacidad el 15 de octubre, fecha en que se conmemora y se realizan actos de homenaje a las personas de este sector en todo el territorio boliviano.

La nota
Postura de los arquitectos

Para el arquitecto, Josip Bacotich Oliva, la ciudad de Tarija tiene una escala bastante apropiada para ser transitable e inclusiva, pero existen factores que no estarían ayudando, uno de ellos es la calidad de las aceras, es decir, una persona en silla de ruedas o no vidente tendrá dificultades para caminar.

“Hay muchas dificultades, una de ellas es en las aceras, por otro lado el transporte, ya que no se cuenta con espacios adecuados, incluso los mismos buses deberían tener un lugar que se les asigne a las personas con discapacidades”, dijo el arquitecto.

“La Alcaldía debe considerar una mejorar movilidad urbana, además del acceso al espacio público como son las calles y paradas de micros, para reducir los riesgos con el fin de mejorar el tránsito de las personas con discapacidad”, agregó.

Aseveró que el cambio en movilidad urbana ayudaría “bastante”, porque se necesita que los micros del transporte público estén acordes a la demanda del pasajero, para que el traslado sea independiente.