En algún momento la coherencia debe imponerse por encima de la
manipulación política, es tiempo de que se actúe de buena fe buscando
hacer siempre lo justo, no importa que existan leyes que respalden
ciertas situaciones, lo legal no es exactamente lo justo, las leyes se
modifican o anulan por un bien mayor. Mientras eso no suceda seguiremos
teniendo un Departamento dividido y con brechas que se hacen cada vez
más profundas. Solo el equilibrio puede garantizar paz y tranquilidad
entre quienes somos hermanos, los pueblos son sabios y nobles, los
políticos son los que con su discurso ambicioso tergiversan y confunden
su visión, llevándolos a asumir posiciones inconvenientes.
Es posible que ante la disputa por una redistribución de regalías en
Tarija, se escuchen voces que cuestionan el porqué el Chaco aún tiene
asambleístas departamentales si cuando necesita se escuda en su
autonomía regional, hasta preguntando porqué los chaqueños tienen que
elegir a un gobernador que casi no reconocen, también dirán que si
recibe de manera directa el 45% de las regalías de lo que se produce en
cualquier punto del territorio departamental, ya no se utilicen recursos
del 55% restante en esa región cuando tiene mucho en desmedro de otras
que también son productoras.
No sacamos cara por Arce ni O’Connor, lo hacemos solo para que se
imponga un principio de equidad y equilibrio que rija para todos. Hasta
ahora no escuchamos a nadie que critique ni quiera tomar un centavo del
45% de regalías de lo que se produce en el Chaco, lo que se propone es
que ese principio se aplique a las provincias que tengan o lleguen a
tener la misma situación que el Gran Chaco, ni más ni menos. Sin duda
que lo que sucede en Tarija es sui generis e impensable en otros
Departamentos, a pesar de que el modelo centralista nacional se
reprodujo en las regiones con iguales resultados… postergación, olvido
y pobreza para las víctimas del centralismo.
Es urgente poner coto a lo que está pasando, lastimosamente los
políticos no son los que lo harán, ya que más bien sacan partido de
momentos así en plena época electoral, dejando que las provincias se
desangren irremediablemente.