Noticias El Periódico Tarija

Amable Torrico Antelo

Expresiones como esta “Ya es maduro, hay que utilizarlo”, podemos inferir que se trata de un fruto, una hortaliza o cualquier otro alimento que da la tierra, pero, esta vez quiero referirme a la madurez espiritual del ser humano.

Cuando creemos que hemos crecido, que ya somos grandes, que tenemos una `personalidad definida, decimos “tomaré mis propias decisiones”, pero cuando nos damos cuenta estamos sirviendo a otros que tienen dominación sobre nuestras vidas, no siendo nuestros padres. Si en tu necedad has querido enaltecerte o has hecho planes malévolos reflexiona. Es de urgente necesidad darnos cuenta a quien servimos, la madurez espiritual nos hace ver la diferencia entre el bien y el mal. Además, buscad primeramente el reino de Dios y las cosas se te añadirán.

No nos dejemos llevar por caminos equivocados si hemos madurado, démonos cuenta que muchos políticos nos necesitan para que los apoyemos sin mostrarnos sus intenciones, aduciendo que lo hacen por el país, luego de apoyarlos se compran autos del último modelo, mansiones y hasta aviones, dejándonos con míseros sueldos o promesas que no llegan a cumplir.

Permite que mi opinión llegue a tu puerta para que no caigas como encubridor de malos manejos económicos que pervierten a los incautos y personas que se creen maduras. Si escuchas a tu corazón, veras que fácil es darse cuenta si haz madurado o no, porque las calamidades abundan, y los inmaduros caemos en ellas. Si confiamos en la Justicia seguimos sin madurar, porque esta sirve a los ricos y no a los pobres. No escuches alabanzas que salen de los labios de tos políticos, porque su boca destila hipocresía y maldad, a fin de conseguir sus apetitos personales.

Cuida tu familia y vive junto a ella, para que Dios en su misericordia los bendiga eternamente y no le haga faltar el pan de cada día, Lee el Salmo 43:1-5, te ayudará a reflexionar tu posición si es madura o inmadura. No se vendan a nadie y aprendan a vivir como son y pisen la tierra donde están.

Nuestra lucha no es contra la carne, sino, contra nuestra indecisión, contra espíritus de maldad que agobian nuestra existencia, contra los malos administradores de justicia, contra los ambiciosos que no les importa si la gente pobre come o no, nuestras autoridades en vez de comprar aviones, motorizados o querer cambiar nuestro gas por aviones, deben aumentar los salarios, equipar nuestros hospitales para que los bolivianos vivamos como Dios quiere. Señor: ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras, uniéndome a los débiles.