Laura Vidaurre/ Bolinfo/ Tarija
(elPeriódico, mayo 10/2019) “Educamos pero no obligamos”, esta es la mentalidad que se traza cada educador urbano al momento de ponerse el traje de cebra, para salir a las congestionadas calles de la ciudad, donde carece la disciplina y prima el desorden.
“Cebra por un Día”, es un programa de la Alcaldía, que permite a los ciudadanos conocer la labor que desempeñan los educadores urbanos, pero desde el interior del traje, poniéndose en los zapatos del otro.
El programa Cebra por un Día permitió ayer, que fueron los periodistas quienes sean los educadores urbanos.
La actividad inició con una previa capacitación dictada por los jóvenes educadores urbanos en el Patio del Cabildo, no fue fácil aprender aquello que a esos jóvenes les costó más tiempo.
El programa iniciaba colocándose el caluroso traje, “uno se acostumbra”, dice Edwin, un joven de 19 años para ajusticiar el calor incesante que se siente con este uniforme.
Salen con un rumbo ya trazado, el destino era la esquina de las calles Sucre e Ingavi. El traje es incómodo y el calor todavía asesa, el orificio en la parte del hocico del traje no es suficiente para tener una vista general del entorno, puedes chocar con aquellos despistados que traen un teléfono celular en la mano.

Edwin sigue justificando el traje, “es cuestión de acostumbrarse”, indica con una sonrisa mientras intenta saludar a toda aquella persona que hace su paso por la calle Sucre con la intención de toda cebra “levantar los ánimos”.
El rojo del semáforo, le indicaba a la cebrita Edwin que realice una pequeña inspección a lo largo de la vía, como aquella que hace la Policía de Tránsito, pero la diferencia es la amabilidad y la obediencia.
La cebra pide al conductor “por favor” que tome en cuenta el uso del cinturón, pero las respuestas son las mismas, “no es necesario usar el cinturón en el centro”, “está averiado”, otros simplemente optan por no responder.
Cuando un funcionario policial exige al conductor ponerse el cinturón de seguridad, lo que inmediatamente es acatado por el conductor, con el fin de evitar una multa.
Otras faltas a las normas de tránsito son rápidamente visualizadas como motociclistas sin el casco de seguridad o conductores hablando por teléfono celular.
El programa de la cultura ciudadana inició en Tarija el año 2010 con 20 jóvenes, que cumplen un voluntariado como educadores urbanos o “cebras”. Son 70 cebras que operan en las diferentes calles de la ciudad, también realizan actividades en las unidades educativas con temáticas como la educación vial, el cuidado del medio ambiente, la violencia y el turismo.
La jefa de la Unidad de Cultura Ciudadana, Ariela Alurral, indicó que la cebra es una réplica del programa municipal de Educadores Urbanos de la Alcaldía de La Paz, lo que hace que estén en coordinación constante con esta entidad.

Los jóvenes detrás del traje de cebra comprenden entre los 16 y los 25 años.
El requisito principal para ser cebra es estar cursando estudios, ya sean escolares o técnicos universitarios. Reciben un estipendio mensual para cubrir sus gastos de estudio. Son cuatro horas que dedican los jóvenes a este voluntariado, quienes también reciben un refrigerio nutritivo diario. (eP).
Apunte:
Hay que transformar el municipio
Uno de los objetivos del Programa Cebra, es de transformar a Tarija en un municipio modelo.
“Un municipio que sea pacífico, donde tengamos una convivencia entre los ciudadanos, que respetemos las normas en armonía con el medio ambiente”, explicó la jefa de la Unidad de Cultura Ciudadana, Ariela Alurral.
Esta trasformación es a través de la educación y el respeto que caracteriza a las cebras para cumplir este objetivo, consideran a los niños como sus mejores aliados.
“Ser cebra es tener una actitud, una oportunidad y las ganas de llevar el mensaje y masificar el amor”.
