CULTURA COLECTIVA
Aprende a utilizar la psicología a tu favor para influir en las demás personas y conseguir lo que deseas sin mayor esfuerzo.
La
persuasión es el sutil arte de lograr influir en la mente de una
persona para dirigir sus pensamientos o acciones en una dirección
determinada. Las marcas utilizan técnicas de persuasión para convencer a
sus potenciales clientes de que son la mejor opción, mientras los
políticos basan sus estrategias de campaña en análisis de cómo persuadir
a los votantes, pero ¿cómo podrías favorecerte de estas tácticas en la
vida diaria?
Aprende a utilizar la psicología a tu favor para influir en las demás personas y conseguir lo que deseas sin mayor esfuerzo:
Hazlos dudar de la realidad

Una estrategia bastante sucia que sólo debes utilizar cuando la situación lo amerite. Se trata de practicar gaslighting,
una técnica que consiste en negar un hecho dado con tal firmeza
suficiente para provocar que la otra persona dude de sí misma y empiece a
creer en tu palabra. Para lograrlo, debes hablar con toda seguridad y
mentir con la convicción necesaria para que el engaño se convierta en
verdad.
–
Dales la razón para después quitársela

Esta
técnica tiene dos fases: la primera consiste en escuchar con atención
cada uno de los argumentos de la persona en cuestión y en un primer
momento elogiarlos para obligarlos a hacer lo mismo más tarde. El punto
está en responder positivamente y escuchar todos sus planes, quejas o
argumentos con sensibilidad, para después atacar con tus propios
argumentos y mostrarlos superiores sin necesidad de discutir.
–
Llévalos al absurdo

No
se trata de dejar en ridículo a otra persona, ni mucho menos caer en
ninguna falta de respeto, sino en debilitar sutilmente un argumento para
favorecer el tuyo y conseguir lo que deseas. Todo lo que debes hacer es
enfocarte en el discurso de esa persona y cuestionarla sobre sus
propuestas o ideas, llevándolas a una situación hipotética que parece
absurda. Ante la impotencia de no poder responder a tales
cuestionamientos, la mayoría terminará frustrado y convencido de que tu
idea resulta mejor.
–
Ayúdalos a alcanzar sus objetivos y después pide algo a cambio

Para
lograr que la gente confíe en ti, primero debes ayudarles sin pedir
nada a cambio. Mientras menos desinteresado sea tu primer acercamiento,
esta técnica funcionará mucho mejor. Esfuérzate en mostrar que estás de
su lado, especialmente si se trata de algo que puedes conseguir con
facilidad y ellos anhelan. Describe cómo los estás ayudando, habla del
esfuerzo que te está llevando y después de conseguirlo, pide con
amabilidad la ayuda o el favor a cambio con un “no me falles”.
–
Habla en primera persona

Aunque
representas a una empresa, gobierno o cualquier otra institución,
siempre debes hablar por ti mismo con seguridad, como si se tratara de
un acuerdo estrictamente personal. La gente teme quedar mal y si
utilizas frases como “sé que me puedes ayudar” en vez de “sabemos que
puedes ayudarnos”, o “confío en que podrás resolverlo” en lugar de
“espero tu respuesta”, cargarás mayor compromiso sobre sus hombros, por
lo que estarán dispuestos a darte más sin pedir nada a cambio.
–
Mimetiza tus movimientos

El
lenguaje corporal es poderoso y una vez que sepas interpretarlo,
tendrás la mitad del trabajo hecho cuando se trate de convencer a
alguien para lograr tus propios fines. El primer paso está en notar
cuáles son los movimientos de la persona a tratar: si sus manos no
encuentran una posición cómoda, es probable que esté nervioso. Si cruza
los brazos, tiene reservas de ti y necesitas trabajar en la confianza.
Haz sentir a esa persona en un lugar de confort y compórtate de la misma
forma que ella lo hace antes de lanzarte a conseguir lo que deseas.
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