No estoy loca, tampoco sola, lo único que quiero es algo realmente especial. Con esas palabras le respondí a mi madre cuando me preguntó por qué nunca me había dado la oportunidad de enamorarme. Al principio me sentí apenada, con ella y conmigo misma. Después mi cabeza se llenó de preguntas y finalmente entendí que yo ya me había enamorado. Una y mil veces me he sentido cautivada, hipnotizada y embelesada por lo que veo y escucho, tengo cada uno de los detalles de mágicas experiencias tatuados en la piel, las sonrisas de las personas que amo son parte de los recuerdos más hermosos que abrazan mi alma y cada una de las palabras que mis amistades más atesoradas me han dedicado son las que hoy guardo con mayor cuidado en el corazón.

Explicarle mi situación a todas las personas que siempre me han considerado una mujer solitaria dejó de importarme hace mucho tiempo. Cuando aprendí que no existía nada más exquisito que la soledad, el día que encontré la paz justo dentro de mí y la mañana que descubrí que el tiempo no se mide, sólo se vive, entendí que mi retraimiento era el único compañero que se quedaría conmigo sin importar nada. Lejos de ser un vacío de ecos, una ola de oscuridad o un camino tortuoso, la soledad me enseñó a ser paciente, aun cuando la espera doliera. Caminar sin compañía me volvió valiente, lo suficiente como para confiar en mi independencia de manera humilde. Incluso a pesar de que ésta terminara por asustar a los demás.

Conocer a alguien que no necesite de nadie es un tanto sorprendente, sin dudas, mas no debería ser intimidante. Jamás me atrevería a decir que mis deseos son más valiosos que los de otros y menos aseguraría que mis respuestas son las únicas correctas. Simplemente creo que cuando sabemos lo que nos merecemos dejamos de preocuparnos por lo que nos falta. Estamos completos, somos perfectos y cuando cada uno lo descubra dejará de buscar para comenzar a recibir. Yo no busco la perfección, no espero que alguien me acompañe siempre, tampoco que me entregue todo, sólo quiero que alguien me haga sentir que vale la pena compartir mi vida.

*
Abrimos la posibilidad de un NosotrosHe tenido sueños muy lúcidos sobre la fuerza con la que estoy dispuesta a amar a alguien. Sin abandonarme, estaría lista para ofrecer toda mi fortaleza a la persona que esté conmigo, cuando la necesite. Sin pensarlo dos veces me atrevería a abrirme de par en par hasta volverme transparente, pues el miedo aletarga el sufrimiento, pero también impide la felicidad. Aunque no sepa exactamente cómo se siente ni a dónde voy, no me detendría a la mitad del camino si del otro lado me espera el amor.

Y a ese amor le diría…
No he
salido a buscarte porque sé que será difícil encontrar a alguien que no
busque sólo acompañarme, pues no he perdido nada. Hoy estoy más que
completa y puedo avanzar sin tomar tu mano. No intento convertirme en
otra persona para que me idolatres, tampoco quiero ser el sueño que
siempre hayas tenido, sólo quiero sentirme dichosa de haberte elegido.
Deseo estar segura de percibir tu calor a lado del mío para
sentirnos sin decir nada. Quiero que conozcas todo de mí sin que me lo
preguntes y necesito que aceptes mi voluntad aun si nunca la entiendes.

Te prometo quedarme contigo aunque me encuentre lejos de ti. Jamás dejaré que ninguno le dé al otro menos de lo que merecemos y siempre intentaré que lo nuestro sea algo especial. Te juro desaparecer del planeta el día que la costumbre nos aborde; si empiezas a necesitarme, en lugar de amarme, o yo a ti, sabré que es tiempo de dar media vuelta y cuando mis decisiones no sean las mejores para ti, entenderé si tu paciencia se agota. Lo único que pido es que me dejes ser feliz, contigo y sin ti. Date la oportunidad de llenarte de mí sin vaciarme por dentro. Ambos podemos disfrutar de nuestra existencia sin tener que robarnos la esencia del otro. Yo puedo amarte sin dejar de amarme.

*
Mitos del amor que los libros nos hicieron creer
Por
último, te propongo que aprendamos juntos, yo te compartiré todo lo que
la soledad me ha regalado y tu puedes mostrarme cómo es que el amor no
me hará menos fuerte. Me esforzaré por hacerte sentir más libre que
nunca, mientras tú me cuentas sobre la capacidad de un amor sincero y
leal. Prometo abrirte mi corazón, pero jamás intentes cerrar mis alas.
Abre las tuyas conmigo y enséñame que el amor existe, aun cuando lo
único que conozco es el remanso de la soledad.

Sobre el amor y otros temas es de los que hablan estas dos cartas: «por qué, aunque te amo, no puedo estar contigo» y «cómo escribir la carta perfecta a la persona que amas».