Redacción central/Bolinfo/Tarija
(el Periódico marzo 3/2019) En cada edición de los foto reportajes intentamos mostrar cuadros de nuestra realidad, la misma que se ve sacudida por nuestras conductas y comportamientos que se contraponen a lo que debe ser. Conocemos cómo debemos actuar y sin embargo tomamos otro camino.
En las calles es posible evidenciar de qué manera importa poco el respeto a las normas y reglas. Los vendedores ambulantes han olvidado que la ciudad no les pertenece solo a ellos, que hay más personas que gozan de iguales derechos pero que sin embargo los ven pisoteados. Aquellos que venden comida al paso no solo se instalan en la calzada con sus carritos sino que también abarcan la vereda, allí van los asientos para la clientela que consiguen «al vuelo». El peatón no tiene por dónde caminar porque su espacio ha sido ocupado de manera abusiva y lo peor es que no puede reclamar a nadie, menos al comerciante, porque además de estar haciendo algo que no debe, encima reacciona violentamente. También están las señoras que colocan todo su material de trabajo sobre la acera y en plena esquina, sectores que son de los preferidos porque se agarra clientes de un lado y el otro, las personas deben bajar a la calle porque no tienen por donde pasar.
Hay una especie de tiranía imperante ya que no consultan a nadie y se instalan donde mejor les conviene, no significa atentar contra su derecho al trabajo, solo exigir que respeten las leyes y los derechos de los otros. Hasta los vehículos deben lidiar con su presencia ya que para estacionar deben realizar varias maniobras en estrechos espacios que quedan disponibles, en una ciudad de por sí saturada y desordenada.
El municipio una vez más tiene la responsabilidad y hay quienes parece no están haciendo bien su labor. Nuestra actitud callada y resignada como ciudadanos afectados, contribuye a que se repliquen en diferentes puntos ejemplos iguales, afectando la vida en sociedad.