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Violeta Castillo/Bolinfo/Tarija
(elPeriódico-febrero 26/2019) El auge del internet y las redes sociales como WhatsApp, Instagram y Facebook traen consigo múltiples beneficios para agilizar la comunicación; sin embargo, también han propiciado la aparición de otros riesgos a los que se exponen sobre todo los menores de edad.
Uno de estos riesgos es el “grooming”, una palabra en inglés que significa “acicalar”.
Pero que en este caso, se da este título a una acción delictiva que tiene que ver con un niño o adolescente que es víctima de un adulto que persigue fines de orden sexual.
Para este fin, lo más común es que una persona cree una cuenta falsa, poniendo en sus datos una edad similar a la de sus víctimas.
De esta manera, reduce las sospechas sobre sus intenciones.
Paulatinamente, comienza a entablar una relación, en principio de amistad con la víctima. Una vez que gana su confianza, le pide que la relación sea más íntima y que le mande fotografías de contenido erótico.
Aprovechando la inocencia del menor, el victimario puede crear expectativas de una relación formal.


Entonces, poco a poco el menor siente mayor confianza y continúa enviando fotografías y otros videos, pensando que la persona del otro lado, es alguien de su edad que comparte sus intereses.
En diferentes ocasiones, estas interacciones a través de las redes sociales pueden culminar con un encuentro personal en el que se genera un hecho de violación o abuso sexual.
Para explicar el proceso mediante el cual el acosador inicia una relación con su víctima, la psicóloga especialista en atención a menores, Laura Lea Plaza, explicó que existen una serie de fases.
Primero existe una fase de “enganche”, en la que el victimario busca ganarse la confianza del adolescente preguntando sobre sus gustos, sus amigos o cómo le va en el colegio u otros.
De esta manera, puede adaptarse para saber cómo crear un grado de identificación mutua, pero en base a datos falsos.
Posteriormente, existe una etapa de “fidelización”, en la que buscará ganarse toda su confianza, eso contándole cosas personales o datos inventados. De esta manera genera empatía y el menor puede contarle también cosas personales sobre sus relaciones familiares y temas más confidenciales.
Con toda esa información, el atacante inicia la etapa de seducción, en la que puede manipular a su víctima porque ya conoce sus debilidades.
En esta etapa, es cuando aparecen los temas de intimidad y relaciones sexuales, para ello también podría enviar fotos de otros menores para que su víctima piense que es él y, creyendo que es alguien de confianza, podría enviar fotos o vídeos propios.
En la última etapa se concreta el acoso mediante el chantaje o las amenazas, con el fin de tener una relación sexual que puede ser de manera virtual o peor aún, encontrarse.


Perfil de la víctima
La psicóloga Laura Lea Plaza, explicó que existe un perfil determinado sobre los adolescentes que son más propensos a ser víctimas de este tipo de delitos.
“Por lo general, son chicos menores de 15 años que tienen características muy particulares. Se trata de los que tienen problemas de baja autoestima, adolescentes con mayor dificultad para entablar relaciones de amistad en el colegio, o que también tienen algún tipo de problemas al interior de sus hogares”, indicó.
En cuanto al entorno familiar, Lea Plaza indicó que generalmente, estos menores no reciben la atención suficiente de sus padres y es por esta razón, que buscan el afecto faltante en este tipo de relaciones.
El psicólogo especialista en atención clínica, Germán Villagomez, apuntó que las personas que tienen entre diez y catorce años se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad, por ello, requieren mayor atención o “reconocimiento”, no necesariamente mediante objetos materiales.
“Mediante algunas frases se puede promover una buena interacción entre padres e hijos. Frases como ‘eres buen compañero’, ‘eres obediente’, u otras similares que reflejen una aceptación de las actitudes”, mencionó.
Sin embargo, el profesional indicó que este tipo de reconocimientos y atenciones no significan que los padres deben olvidarse de exigir que los niños y adolescentes cumplan con sus responsabilidades, dentro de la casa o de su hogar.
A nivel internacional, las instituciones que trabajan en los temas de lucha contra la pornografía infantil y el ciberacoso hacen notar que el grooming no se trata de un delito meramente nuevo, sino de una readaptación de delitos que existen “hace bastante tiempo”.
Es un delito que ahora es más difícil de perseguir, debido a que el internet facilita ocultar una identidad mediante cuentas falsas. (eP).


Nota de apoyo
Consejos para prevenir el grooming

Sobre este tema, el jefe de la Unidad de Prevención de la Secretaría de la Mujer y la Familia de la Alcaldía, Ricardo Torrejón, indicó que constantemente se registran casos de menores víctimas de este tipo de hechos.
En general, no se presentaron casos de “grooming” específicamente, pero sí de otros como el ciberbullying, que también se da a través de las redes sociales.
“Desde el 2016 hemos arrancado con el Programa de Protección a la Niñez, que tiene como objetivo fortalecer las capacidades de la comunidad educativa, de niños, niñas adolescentes, padres de familia y maestros para prevenir situaciones de riesgo en las redes sociales”, indicó.
En este programa, el funcionario busca concientizar a los menores sobre la exposición que pueden tener a hechos de violencia sexual, pornografía o formas de captación de trata y tráfico de personas.
“Trabajamos en la sensibilización sobre el uso responsable de los medios y las tecnologías de la información y comunicación, las redes sociales, el celular. Hemos trabajado en un punto específico que es valorar la privacidad y que se den cuenta de que las publicaciones de Facebook, fotos o demás cuando las suben son inmediatamente públicas”, agregó.
Además, Torrejón recomendó tomar otro tipo de precauciones como rechazar cualquier tipo solicitud de amistad de alguien desconocido o cualquier mensaje con contenido de tipo sexual, además de evitar publicar datos sobre la ubicación u otros datos privados.

LosDATOS:
-Las redes sociales más populares entre los adolescentes en Bolivia son Facebook, Instagram y WhatsApp.
-Los profesionales también recomiendan a los padres restringir el uso del teléfono celular a corta edad.