CULTURA COLECTIVA
Tan bella y frágil como un copo de nieve, así es la generación de jóvenes que no saben lidiar con su propia existencia.
Las personas que llegaron a la «adultez» entre los años 2010 y 2017 son más susceptibles que ninguna otra generación, además de ser expertos en desafiar al mundo sin importar cuántos o cuáles sean sus argumentos. Por lo tanto, y según una investigación que continúa en proceso –realizada por profesores de Yale, Oxford y Cambridge– los jóvenes / adultos de esta sociedad no poseen la capacidad para superar circunstancias traumáticas. De hecho, son la ola de hombres y mujeres con menor tolerancia a la frustración y mayor facilidad para convertir cualquier situación en un problema de magnitudes insuperables.
Cada generación refleja la sociedad en la que le tocó vivir y la característica más clara de los «copo de nieve» es su escasa inteligencia emocional.
¿Por qué y de dónde surgió esta formación de extrema vulnerabilidad? Hay tres razones concisas por las que los adultos más jóvenes del presente poseen tan poca resiliencia:
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1 Sobreprotección
Esta problemática tiene sus orígenes en la educación que recibieron los que pertenecen a la generación que se convirtió en «adulta» a partir del 2010. Generalmente se trata de niños criados por sus padres de manera sobreprotectora y siempre intentando resolverles el más mínimo problema. Es decir, estos padres no le dieron la oportunidad a ninguno de estos infantes de resolver sus propias dificultades y por ello nunca se enfrentaron al mundo real ni desarrollaron tolerancia a la frustración. No exploraron diversos caminos y nunca conocieron sus límites ni su potencial, lo cual se convirtió en un patrón de comportamiento dañino.
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2. Egoísmo exagerado
En otras palabras, un sentido del «yo» exacerbado y derivado de la atención desmedida que las familias de estas personas ponían en ellos. Los copo de nieve se creen especiales y únicos porque eso les enseñaron; pero al no poner límites ni mostrarles la unicidad, ese sentido del «yo» se convirtió en egocentrismo y la creencia equivocada de que no necesitan esforzarse por nada. Los jóvenes / adultos de hoy creen que con ser especiales ellos tienen el éxito asegurado, y cuando no obtienen lo que quieren es difícil que luchen por ello, pues prefieren victimizarse.
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3. Inseguridad y miedo
A todos los que se desarrollaron en este intervalo de tiempo se les trató de dar, sin pedirles nada a cambio, un espacio seguro. Esto quiere decir que su entorno siempre fue estable y eso los llevó a encerrarse en una burbuja de cristal. La zona de confort que los padres de esta generación carearon los mantuvo a salvo, no sólo de los peligros, sino del mundo real. Ahora el síndrome copo de nieve convierte a la mayoría de los jóvenes en personas inseguras y con muchos temores porque no saben cómo enfrentarse a la realidad y mucho menos a los sucesos negativos.
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Características de una persona que sufre el Síndrome Copo de nieve:
+Consideran una opinión opuesta a la suya la peor de las ofensas.
+Viven en una cultura paranoica.
+Consideran un abuso casi cualquier acto.
+Aseguran que toda situación puede generarles un trauma.
+No logran sobreponerse por sí solos ni de manera inmediata.
+Son víctimas y nunca culpables.
+No toleran sus propios errores ni los de los demás.
+Desertan cuando algún obstáculo se les antepone.
+Desmotivarse les es sumamente fácil.
+Son hipersensibles a la crítica.
+Responsabilizan a los demás de su su éxito y futuro.
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Consecuencias de pertenecer a la generación que sufre el Síndrome Copo de nieve:
Además de ser personas incapaces de enfrentarse al mundo por sí solos, de resolver sus problemas o de buscar su propio éxito, los copo de nieve son mucho más vulnerables a desarrollar trastornos psicológicos como estrés postraumático, ansiedad o hasta depresión. Finalmente, sentirse ofendidos por absolutamente todo lo que los rodea es agotador e insoportable…