Noticias El Periódico Tarija

Parece recurrente y lo es, pasa que son problemas latentes, no resueltos, a pesar de haber sido visibilizarlos hace décadas. Desde hace años que en nuestros medios de comunicación estamos insistiendo en la urgencia, en la prioridad que merecen para ser atendidos y solucionados.

Y no queremos quedarnos en las formas, en lo que se ve o se huele, así sucede con las lagunas de oxidación de San Luis, parecería que solo preocupan los malos olores o el criadero de moscas y zancudos que constituyen… y no es así, es más grave aún, nadie sabe qué nos está pasando con el rebalse de esas aguas negras en una quebrada, en el río Guadalquivir y el riego de cultivos de productos que comemos cada día…nadie sabe qué está pasando con los acuíferos subterráneos y si están siendo contaminados por las aguas servidas de unas piscinas que ya no cumplen su función principal.

En el embalse de San Jacinto lo de menos es el olvido, la dejadez, el descuido del lugar, la suciedad y la basura, el camino estrecho y los vehículos de ida y vuelta que pasan rozándose… lo complejo es que la gente está comiendo productos sin ningún control sanitario, algunos que salen del lago cuyas aguas en otro momento presentaban metales pesados y agentes cancerígenos, lo grave es que con esa agua se lava platos y cubiertos, vasos y fuentes, se hacen sopas, refrescos y alojas… en negocios o viviendas improvisadas que si tienen baños, arrojan sus desechos orgánicos al mismo lago, así de claro, con el agua donde caen lo que sale de los baños se hace lo que comemos… si miramos el botadero de basura de Pampa Galana, seguimos mal o vamos peor, un lugar donde centenas de cerdos se alimentaban de basura sin seleccionar, todo mezclado con todo, hasta con residuos hospitalarios. Materia orgánica dejando fluir sus lixiviados que se van tierra adentro hasta nadie sabe dónde, tal vez invadiendo pozos de agua para consumo humano o cultivos de productos que nos sirven de alimento… por eso sostenemos enfáticamente que el problema es de fondo y nos está matando pero nadie quiere averiguar por qué, ni siquiera quienes pueden hacerlo siendo autoridades, ni siquiera porque sus propios hijos viven aquí y comen, toman y consumen lo mismo que todos… y hasta les podría pasar lo mismo que les sucede a muchos… Dios no quiera ni permita por supuesto, porque todos estamos abiertamente expuestos. Es tiempo de despertar y entender que existe una agresión franca al medio ambiente y eso repercute directamente en la salud de la gente, en la salud del pueblo.