ANDRÉS TÓRREZ TÓRREZ
Todo parece indicar que dentro de 2 meses o más, se tendrá la certeza de donde se correrá el Rally Dakar 2020, manejándose 2 opciones, mantenerse en el continente Sudamericano o en su caso el retorno a África. Lo único cierto es que se correrá.
A la finalización del Dakar 100% peruano, junto con las versiones de las futuras incursiones del español Fernando Alonso, ex -campeón Mundial de F-1 y del italiano Valentino Rossi, múltiple campeón de motociclismo, se atizaron las versiones sobre el futuro del Dakar.
Según las especulaciones Después de 10 años, todos los socios de ASO en Sudamérica le han dado la espalda. Se han alegado motivos económicos e incluso ambientales, como ha argumentado Chile en defensa del desierto de Atacama por el daño que las carreras off-road suponen para el medio ambiente.
El director del Rally Dakar anunció que ya se encuentran en negociaciones con otros países pensando en la edición de 2020: «Las renuncias de Chile, Bolivia y Argentina nos han llevado a ser más activos en la búsqueda de otros países. No puedo saber cómo será la economía de estos países dentro de un año y el Dakar tiene la responsabilidad de organizar una carrera de calidad», dijo.
Lo sorprendente no es la búsqueda de nuevas localizaciones, sino que ASO haya vuelto a posar su mirada en África, el mismo lugar del que el terrorismo consiguió expulsar al raid hace ya una década.
«El Dakar es un símbolo y nada puede destruirlo», se argumentó aquel día de la cancelación. También se utilizó cuando el rally llegó a Sudamérica. Y también se utilizará cuando el rally abandone el continente americano. Porque el Dakar es aventura y, como tal, representa unos valores diferentes al resto de los deportes. Y también por eso, precisamente por eso, pudo en su día convertirse en objetivo terrorista y puede volver a serlo en el futuro inmediato si ASO decidiera volver a territorio africano.
Lavigne confirmó que la mayoría de las negociaciones se están desarrollando con Argelia, aunque también es cierto que Mauritania sería la gran ambición de ASO para 2020 (también habrían explorado sus opciones en Angola y Namibia). Tanto uno como otro son hoy por hoy dos países de riesgo en lo que a terrorismo islamista se refiere, pues si bien en Argelia se encuentra activo Al Qaeda en el Magreb (AQIM en sus siglas en inglés) y Estado Islámico ha comenzado a incrementar su presencia en los últimos años, el interior de Mauritania -la mayoría de sus tres millones de habitantes se encuentran en la costa- es el hábitat natural de los grupos yihadistas como AQIM y Al-Murabitou.
Descartados Argentina, Chila, Bolivia y Paraguay en Sudamérica y considerando los condicionantes del noroeste de África -Marruecos por sí mismo difícilmente podría albergar la totalidad de un Rally Dakar-, ASO se enfrenta a un cruce de caminos clave en el desarrollo de un raid ultra-profesionalizado, con grandes intereses económicos por parte de las grandes marcas de automoción y con un componente de aventura que muchos de los participantes independientes aún conservan.
De su decisión para 2020 dependerá en buena medida la suerte futura del raid. Quizás regrese a África y no haya desgracias que lamentar. Quizás en 2020 Argentina o Chile vuelvan a subirse al carro. O quizás, quién sabe, ASO pose su mirada en algún lejano desierto de Asia. ¿Quién sabe?