Noticias El Periódico Tarija

EL COMERCIO

El grupo terrorista Estado Islámico ha reivindicado a través de una de sus publicaciones una explosión que tuvo lugar a finales de 2018 en un edificio de viviendas en Magnitogorsk, en los Urales, Rusia, que causó 39 muertos.

En el ultimo número de la revista Nabaa, órgano de propaganda del Estado Islámico, divulgado en las últimas horas por internet, el grupo radical asegura que mató a 39 «cruzados» rusos y provocó la muerte y la desaparición de decenas más en una «operación de los soldados del Estado Islámico en el Cáucaso».

Asimismo, en un artículo dedicado a este suceso, los yihadistas destacaron que destruyeron también «una gran parte de un edificio de diez plantas» en la ciudad de Magnitogorsk, en la región de Cheliábinsk, en el centro de Rusia.

Detallaron que «un comando de seguridad consiguió entrar al edificio (…) colocó los explosivos en su interior y luego se retiró».

Posteriormente, hizo estallar el edificio, según la versión de Nabaa, que aseguró que la tardanza en reivindicar la operación se debe a «razones de seguridad».

Las autoridades rusas hasta el momento han atribuido a una explosión fortuita de gas la causa de siniestro.

Habitualmente el Estado Islámico reivindica sus ataques a través de breves comunicados que difunde en internet o a través de su agencia de noticias, Amaq, pocas horas o un día después del atentado.

Sin embargo, en algunos casos han esperado a revelar su responsabilidad o modus operandi, como tras el ataque contra un avión turístico ruso en el que estalló una bomba cuando sobrevolaba la península egipcia del Sinaí, y el grupo esperó más de dos semanas para ofrecer su versión de los hechos a través de la revista Dabiq.

En el momento de la tragedia, se creyó que el edificio se desplomó presuntamente por una explosión de gas y afectó a los inquilinos de casi medio centenar de viviendas.

-Resta crédito-

Rusia restó este viernes crédito a la reivindicación por parte del Estado Islámico de la explosión en los Urales, al afirmar que no se han encontrado rastros de explosivos y que la principal teoría sigue siendo un accidente.

«Los investigadores han estado evaluando desde el principio todas las teorías posibles. La hipótesis de una explosión de gas sigue siendo la prioritaria», señaló a los medios rusos la portavoz de la Comisión de Investigación de Rusia, Svetlana Petrenko.

Esta entidad añadió, de acuerdo con la agencia Interfax, que «los técnicos forenses no han encontrado rastros o componentes de explosivos en las muestras recogidas del lugar».

«Solo se pueden sacar conclusiones sobre la causa una vez la investigación se haya acabado y se haya efectuado un análisis profundo de las pruebas» reunidas sobre la explosión que provocó el derrumbe parcial del edificio de viviendas, sostuvo Petrenko.

La representante del Comité de Investigación de Rusia pidió por ello esperar a que terminen las pesquisas y «no dar crédito a organizaciones terroristas que, como es sabido, se atribuyen todos los incidentes importantes que tienen lugar en diferentes países».

La explosión tuvo lugar el día 31 de diciembre a primera hora de la mañana, según las autoridades rusas, que el pasado 3 de enero dieron por concluidas las tareas de rescate y cifraron las víctimas mortales en 39 y aseguraron que no quedaba ningún desaparecido debajo de los escombros.

El pasado octubre, el Servicio Federal de Seguridad ruso anunció la desarticulación de una célula del Estado Islámico que preparaba varios atentados terroristas en la capital rusa.

En abril de 2017, un terrorista suicida sospechoso de estar vinculado al grupo yihadista acabó con la vida de 14 personas en el metro de San Petersburgo.