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BUENOS AIRES, 2 ENE
«Acá no hay purgatorio, es el cielo o el infierno y ganar es la meta», resumió Gustavo Alfaro al ser presentado como nuevo DT de Boca Jrs, el equipo más popular de Argentina.
A los 56 años y en el «final» de su carrera, según sus propias palabras, Alfaro busca coronar su vasta trayectoria con éxito en un club «muy difícil y muy lindo al que llego con orgullo y compromiso».
Ambos hicieron una corta introducción en la que le desearon a todos los presentes un feliz 2019 que, auguró Angelici, «traiga paz, tranquilidad, alegría y trabajo» a un país donde cada uno de esos son bienes hoy por hoy son por lo general escasos.
«Es la persona que entendimos tenía la capacidad e idoneidad necesarias» para asumir este compromiso tras la partida de Guillermo Barros Schelotto a la MLS estadounidense, agregó.
«Le dije a Guillermo que era un orgullo y una responsabilidad sucederlo. Dejó la vara muy alta y trataremos de estar a la altura de las expectativas», resumió Alfaro sobre la condición de bicampeón del fútbol argentino del club al que arribó.
Subcampeón en la Copa Libertadores tras la histórica derrota en Madrid ante el rival de toda la vida (River Plate), Boca necesita dar vuelta la página rápidamente.
«Siento que estoy preparado para este desafío aunque entiendo y soy consciente que es un anhelo de parte del mundo Boca que cada vez que juega la Copa está obligado a ganarla y para eso venimos», afirmó Alfaro.
«Para nosotros, los técnicos, esta es una bala de plata y espero hacerla valer», agregó el DT antes de asegurar: «No tenemos tiempo. El duelo ya se hizo y desde mañana debemos empezar a construir la victoria que vendrá».
Sobre su decisión de dejar Huracán, con el que tenía contrato, Alfaro reiteró conceptos que había vertido en un mensaje de despedida a los fanáticos de ese club, que no tomaron muy bien su imprevista partida.
«Tenía sensaciones encontradas, pero siento que estoy cumpliendo un compromiso que asumí con mi viejo (padre), cuando le prometí que iba a llegar a lo más alto del fútbol argentino».
«Trabajé 25 años para llegar hasta acá y todo me costó, no tuve padrinos que me allanasen el camino», agregó.
«Sé que cuento con un plantel muy rico, más allá de la coyuntura con un final inesperado (la derrota con River, Ndr), que es de los mejores de Sudamérica y sé también que el nivel de exigencia es alto y el de posibilidades también», agregó.
«Los momentos no se eligen en el fútbol. Hace más de 10 años, tuve la chance de llegar a Boca y no se dio, pero esta etapa de mi vida es muy distinta a aquella de 2007», recordó.
Esa vez, «tuve la oportunidad de hablar con Mauricio Macri (por entonces presidente de Boca y hoy de Argentina) y con (el ya fallecido dirigente) Pedro Pompilio, porque Alfio Basile se iba para dirigir a la selección» nacional, graficó.
«Yo había asumido un compromiso con Arsenal y con Julio Grondona (también fallecido presidente de la AFA) y no pudo ser», completó comparando aquella oportunidad con esta.
«Esto me encuentra en un momento en el que siento que estoy en el cierre de mi carrera. Así se lo expliqué al presidente de Huracán. Es una experiencia por la que quería pasar», aclaró. «Y si algo le falta a mi carrera es ganar la Libertadores.
Por eso también me siento en deuda conmigo mismo», completó Alfaro.
«No ser del riñon del club es una desventaja, pero trato de ser abierto y de empaparme de la idiosincracia del lugar donde me toca trabajar», explicó respecto de sus predecesores, muchos de ellos viejas glorias «xeneizes».
«Sé que llego sin pasado en el club, pero no me genera nada a favor, ni en contra», dijo al reiterar conceptos vertidos en anteriores gestiones en otros equipos: «Para mí la palabra imposible no existe». «Siempre se puede pelear por algo más sin importar la camiseta que uno defienda», aseguró arrancando los primeros tibios aplausos y al afirmar que «este es el momento más importante de la temporada, cuando se diagrama el trabajo».
«Quiero un equipo que contemple todas las formaciones posibles, porque por lo general los que empiezan no son los que terminan jugando», explicó al elogiar el nivel de jugadores con los que le tocará trabajar.
«Tenemos dos centrodelanteros (Darío Benedetto y Ramón Abila) que son la envidia de cualquier equipo y no veo por qué no podrían jugar juntos, pero no me quiero cerrar en una estructura táctica porque eso sólo no garantiza el éxito», aclaró.
«El equipo está por encima de los nombres propios», aseguró al reconocer a Carlos Tévez como «el jugador emblemático por naturaleza e historia en quien debemos apoyarnos». «Como decía (Jorge Luis) Borges, triunfamos y fracasamos menos de lo que creemos», completó Alfaro, que al referirse a su salida de Huracán apeló a la Ley de Contrato de Trabajo vigente.