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AGENCIAS
Bolivia ya tiene campeón y es San José de Oruro. El equipo que dirige Eduardo Villegas logró el punto que necesitaba para sumar 53 unidades y ser inalcanzable para el resto; no le fue nada fácil porque se topó con un Royal Pari en gran nivel, que no solo tuvo coraje para igualar (1-1) sino que al final del partido lo pudo liquidar, pero falló Marco Barrios.
Merecido título para un San José que salió desde atrás, que no perdió la fe y que tuvo en jugadores como Marco Barrera, Jair Reinoso y Javier Sanguinetti a los hombres claves para acabar dando la vuelta olímpica. «Esto es algo increíble, gracias a toda esta gente que vino», dijo Reinoso en medio de un inolvidable festejo para los orureños.
Atrás había quedado el sufrimiento que tuvieron sobre todo en el complemento. Es cierto que Jair Reinoso (36′) dio alivio con su cabezazo en el primer tiempo que acabó en las redes del meta Jorge Araúz. Pudo haber ampliado, pero Sanguinetti y Jair Torrico no estuvieron finos como en otras ocasiones. Con la victoria transitoria se fueron al descanso.
En el complemento la situación fue distinta porque Royal Pari el que presionó, el que metió en su propio campo al local, hasta que le convirtió. Un letal contragolpe iniciado por Mauro Milano, seguido por Layonel Figueroa que le cedió el balón a John Jairo Mosquera, acabó con la perfecta definición del colombiano (55′) para un 1-1 que parecía increíble.
San José sintió el golpe y comenzó a meterse, obligado además por la expulsión de Mario Ovando (76′) por doble tarjeta amarilla. Lo aprovechó bien la visita, porque creció más alentado por un Milano que parecía con tres pulmones y con un Mosquera temible para los centrales Marco Barrera y Mario Cuéllar. Era el momento de Royal Pari.
Pudo haber igualado con dos ocasiones que marcaron el partido: primero con el cabezazo de Isita (77′) que Juárez sacó de la línea y luego con ese remate de Marco Barrios (91′) teniendo todo a disposición para liquidar. No fue gol (remató a un costado) y el alma se le volvió al cuerpo a jugadores e hinchas santos. A partir de ahí sintió que el título no se le escapaba.
De ahí en más fue controlar para San José esperando que el árbitro decretara final. Cuando lo hizo, la celebración fue eufórica, con Villegas abrazándose con el resto de su cuerpo técnico y con los jugadores tendidos en la mojada cancha quebrados por la alegría que sentían en ese momento. El título ya era de San José que suma su cuarta corona y su tercera desde la era profesional.
Vino luego la vuelta olímpica y la celebración con el trofeo que los acredita como los mejores, que además les permite instalarse en el grupo D de la Libertadores y asegurarse $us 3 millones por la clasificación otorgados por Conmebol. Superó muchos inconvenientes económicos y ahora festeja y hace feliz a todos los hinchas de la V azulada.