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ANDRÉS TÓRREZ TÓRREZ
Hay que realizar una rápida corrección en los datos del flamante equipo ganador del Clausura 2018, el equipo de Nacional Senac, que el domingo pasado logró por segunda ocasión su clasificación a la Copa Simón Bolívar, donde debutó en 1995, hace ya 23 años.
UN DEBUT FUGAZ
Esa primera participación fue muy fugaz, fue como subcampeón (Independiente fue el campeón), enfrentó como visitante a Bamin Real Potosí, perdiendo por 4-0, el 15 de octubre de 1995, en la revancha jugada 7 días después en el IV Centenario, volvió a perder como local por 2 a 0 y quedó eliminado.
El equipo tenía la siguiente conformación: Sandro Tejerina en la valla, la defensa con Aníbal Casazola, Eybert Sánchez, Simón Trujillo y Armando Ávila, en el mediocampo Tito Salinas, Richard Zambrana y Waldir Orellana y en la delantera con Juan Carlos Vargas, Gerardo Albornoz y José Gamarra, el técnico fue Alberto Sánchez.
POR SEGUNDA OCASIÓN
De esta manera Senac ya tiene en el bolsillo su segunda clasificación a la Copa Simón Bolívar, que puede hacerla como campeón, en caso de que gane la definición por el título a Atlético Bermejo, en este caso podría ser la primera vez en esa condición.
La campaña del campeón fue envidiable, 10 triunfos, 5 empates y cero derrotas, en los 15 partidos que disputó, 32 goles a favor y 14 en contra (fue la tercera valla menos vencida del campeonato), empató frente a Real Tarija (2-2); Universitario (1-1), Real Tomayapo (2-2), Avilés Industrial (0-0) y Atlético a Bermejo (0-0) en la definición, pero al que venció en la fase regular, como a otros 10 equipos de esta categoría, fue un digno campeón el “tractor amarillo”.
Algunos optan más por ver los defectos que las virtudes del campeón, nosotros vamos por otra senda, la principal virtud, fue el equipo, que al no contar con figuras individuales, dependió del rendimiento colectivo, que se desdobló muy bien para manejar adecuadamente los conceptos, tanto ofensivos como defensivos.
No tiene juego decían algunos y no es tan cierto, es probable que no haya tenido circuitos o volumen de juego, pero tenía claro lo que había que hacer en el campo de juego, que se iniciaba en la recuperación en el mediocampo del esférico de Jonathan Franco, Andy Bravo y Ayrton Betancur, que con balones cruzados buscaban la velocidad de William Garay y Alonso Gareca, por las puntas para proyectar los centros para la “tapadora” Alahin Saavedra.
En la defensa contó con 2 buenos arqueros, el paraguayo Diego Benítez y el suplente Fernando Gutiérrez, que en 2 cruciales compromisos sacó las castañas del fuego – incluida la definición por penales- apoyados por la fuerza de los centrales Wilfredo Mondragón y Arnaldo Jurado.
También fue importante el apoyo de los dirigentes, fundamentalmente el presidente Richard Gárate, en el cumplimiento de la parte económica y el apoyo durante los partidos y ni que decir de la hinchada, que fue creciendo, conforme el equipo iba escalando posiciones, hubieron algunos excesos es cierto, los que se tendrán que controlar para no caer en el fanatismo que en vez de sumar, divide.