El Comercio
La Corte Suprema de Pakistán absolvió el miércoles a Asia Bibi, una mujer cristiana que fue condenada a muerte en el 2010 por blasfemia, una sentencia histórica que provocó protestas de islamistas conservadores y temores a que se puedan producir episodios de violencia.
El presidente del tribunal, Mian Saqib Nisar, anunció el veredicto en una sala abarrotada y ordenó la puesta en libertad de Asia Bibi. La mujer estaba recluida en una ubicación secreta por motivos de seguridad y se espera que abandone el país.
Los cargos contra Asia Bibi se remontan a un caluroso día del 2009, cuando fue a buscar agua para ella y los compañeros con los que trabajaba en el campo. Dos musulmanas se negaron a beber de un recipiente utilizado por un cristiano. Pocos días después, una turba la acusó de blasfemia. Fue juzgada, condenada y sentenciada a muerte.
El mero rumor de blasfemia puede provocar violencia multitudinaria y linchamientos en Pakistán, y luchar contra la supuesta blasfemia se ha convertido en el grito de guerra de los islamistas conservadores.
Salman Taseer, gobernador de la provincia de Punjab, murió por los disparos de uno de sus guardas en el 2011 por defender a Asia Bibi y criticar el mal uso de la ley de blasfemia. Su verdugo, Mumtaz Qadri, es venerado como un mártir por los conservadores desde que fuera ahorcado por el asesinato, y millones visitan un santuario construido en su honor cerca de Islamabad.